Después de la crisis económica del 2008, nadie duda de la
importancia de los bancos centrales. Gracias a la aplicación de medidas
monetarias oportunas se evitó que la Gran Recesión se convirtiera en la peor
Depresión de la historia económica mundial.
Milton Friedman y Anna Schwartz, en análisis monetario de
los Estados Unidos, afirmaron que la crisis de los años treinta se agravó por
la decisión de la Reserva Federal de aplicar una política monetaria restrictiva
en vez de expandir la oferta de dinero. De acuerdo a ese estudio, la mala
política de la Reserva provocó la quiebra de miles de bancos, llevando el
desempleo a niveles nunca registrados en los Estados Unidos.
Bernanke, que estudió detenidamente esos hechos, no dudó en
expandir significativamente la cantidad de dinero y reducir las tasas de
interés a casi cero para promover la demanda de bienes, servicios y activos
financieros, evitando el colapso económico.
Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo
entre 2003 y 2011, afirmó en el día de hoy ante la Eurocámara que la actuación
de los bancos centrales evitó “la Gran Depresión que se vislumbraba.” Y añadió
que: “Si los bancos centrales y los Gobiernos no hubieran actuado de forma
rápida y decidida, podríamos haber llegado a una situación peor que la de
1929.”
En la República Dominicana, el Banco Central también jugó un papel importante, pues, a pesar de la irresponsabilidad fiscal registrada en el período 2008-2012, logró mantener la estabilidad macroeconómica.
[Actualización: Datos preliminares de 2013 revelan que el PIB creció en un 4.1%, producto de una correcta combinación de políticas fiscales -que disminuyó el déficit público a un 2.8%- y monetarias -liberación de encaje a bajas tasas de interés. Cabe recordar que en 2012 el déficit del sector público no financiero fue de un 6.6% y el PIB creció apenas un 3.9%.]
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