[Frente al Statu Quo. Publicado en Diario Libre. 29 de abril de 2024]
Los bancos centrales tienen como objetivo lograr que la tasa de
inflación converja al entorno de sus respectivas metas. Durante ese proceso se adoptan
medidas de política monetaria que influyen sobre la tasa de interés incidiendo
sobre las decisiones de consumo, ahorro e inversión de los agentes económicos.
En el caso de la República Dominicana, el Banco Central alcanzó su
objetivo en mayo de 2023, registrando la tasa de inflación interanual un 4.43%,
variación que quedó dentro del rango meta de 4%±1%. Dado que la economía
dominicana es pequeña y abierta, con libertad de movimientos de capitales y
tasa de cambio relativamente flexible, su política monetaria aunque
teóricamente independiente está condicionada a la que ejecuten los bancos
centrales con dimensión global y que emiten las principales monedas de reserva.
La Reserva Federal, el banco central estadounidense, no ha completado su
trabajo con relación a la variación de precios. A marzo de 2024, la tasa de
inflación en Estados Unidos, medida por la variación interanual del índice de
precios al consumidor, se situó en 3.5%, cifra muy lejana de la meta de
inflación de 2%. Si la inflación se cuantifica por la variación interanual del
índice de precios de gastos de consumo, indicador preferido por la Reserva
Federal, se tiene una tasa de inflación de 2.7%, también por encima de la meta.
El Banco Central Europeo, que gobierna la política monetaria de la
eurozona, tampoco ha completado su trabajo. A marzo de este año, la tasa de
inflación interanual se colocó en 2.4%, quedando por arriba de la meta del 2%.
Ante ese pobre desempeño de los dos principales bancos centrales del
mundo, se puede señalar que sus autoridades mantendrán la postura monetaria restrictiva
actual. A inicios de 2024, el mercado esperaba que la Reserva Federal reduciría
la tasa de interés a partir del primer trimestre y que lo haría en seis ocasiones
de 25 puntos básicos. Actualmente se prevé con una probabilidad de 57% que será
en la reunión de septiembre que iniciará el ajuste de la tasa de interés de
referencia con una disminución de 25 puntos básicos, situándose esa tasa en el
rango que va de 5% a 5.25%. Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, confirmó
recientemente que la tasa de interés deberá mantenerse alta por más tiempo de
lo que se pensaba.
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, ha señalado que
probablemente será a partir del verano -específicamente en junio- que iniciará
el ciclo de reducción de la tasa de interés de referencia, que actualmente es
de 4% y se prevé que habrá tres ajustes de 25 puntos básicos. No obstante, es
casi seguro que la evolución de la tasa de interés de referencia de la eurozona
recorrerá un camino condicionado por la trayectoria de la tasa de interés de la
Reserva Federal, tomándose en cuenta la evolución de la tasa de cambio del euro
con relación al dólar y su impacto sobre la tasa de inflación.
Los inversionistas internacionales prevén que la tasa de interés de los
instrumentos de renta fija se mantendrá alta por más tiempo. La tasa de
rendimiento de las Notas del Tesoro a diez años de Estados Unidos, que sirve de
referencia a nivel global, pasó de 3.90% a finales de diciembre de 2023 a 4.71%
al 24 de abril de 2024. Esa evolución ascendente provocó que la tasa de
rendimiento de los bonos soberanos de la República Dominicana a diez años
pasara en ese mismo período de 6.18% a 6.80% y se proyecta que seguirá
subiendo, a menos que la prima de riesgo del país se reduzca.
La diferencia entre las tasas de interés de los instrumentos financieros
en dólares y pesos influye sobre la tasa de depreciación del peso frente al
dólar. Actualmente la diferencia entre las tasas de interés de referencia de la
Reserva Federal y del Banco Central es de 1.7 puntos porcentuales, un nivel muy
por debajo de la diferencia histórica de 4.5 puntos porcentuales. Esto
significa que la distancia actual entre ambas tasas de interés se encuentra por
debajo de la variación interanual de la tasa de cambio del peso frente al dólar
que es de 3.5%. Lo anterior limita la capacidad del Banco Central de ejecutar
una política de flexibilización monetaria como la que inició a finales de mayo
de 2023 y detuvo en diciembre de ese año.
Para enfrentar la volatilidad y aumento de la tasa de cambio, las
autoridades monetarias dominicanas han estado ejecutando una política monetaria
más restrictiva en 2024. Entre diciembre de 2023 y abril de 2024, diversas
variables monetarias influyeron negativamente sobre la disponibilidad de
liquidez: las reservas internacionales netas disminuyeron 10.7%; los valores en
circulación -que absorben liquidez del mercado- aumentaron 9.2%; la base
monetaria ampliada se redujo en 15.4%; y el medio circulante se redujo en 5.9%.
Ese apriete monetario se ha traducido en el aumento de las tasas de
interés. La tasa de interés activa promedio ponderado, la que cobran los
bancos, subió entre diciembre de 2023 y abril de 2024 en 73 puntos básicos,
situándose en 14.33%. La tasa de interés pasiva promedio ponderado, la que
pagan los bancos a los depositantes, se incrementó en ese mismo período en 94
puntos básicos, colocándose en 9.50%. Es muy probable que las tasas de interés
de los instrumentos en pesos no disminuyan significativamente -o incluso
pudiesen aumentar- hasta que la Reserva Federal inicie el ciclo de reducción de
su tasa de interés de referencia, pues el Banco Central no podrá reducir su
tasa de referencia hasta que ocurra el ajuste estadounidense.
El incremento registrado de las tasas de interés contribuye a mantener
la estabilidad de precios y evitar la depreciación acelerada del peso. La tasa de inflación interanual a marzo fue de
3.38%, cifra que se encuentra por debajo del centro del rango meta de
inflación. Y la tasa de cambio del peso con relación al dólar promedio mensual,
que aumentó 2.4% en enero con relación a diciembre del año pasado se ha ido
estabilizando, registrándose a abril una variación acumulada de 2.9%. En ese
contexto cabe destacar que entre el 5 y el 26 de abril la tasa de cambio se
redujo en 1.3%, lo cual genera tranquilidad a los agentes económicos.
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