[Escrito el 21 de agosto de 2020]
La pandemia del COVID-19 ha provocado una
severa crisis económica en la República Dominicana. Si al impacto de esa
pandemia se le agregase un período de España Boba en las instituciones públicas,
la crisis sería todavía peor.
En esta primera semana del nuevo gobierno son
muchas las instituciones públicas que se han mantenido enchivadas o paralizadas.
En algunos casos el nuevo incumbente no ha sido nombrado y, por lo tanto, el
actual no puede tomar medidas que permitan adquirir los bienes y servicios
necesarios para cumplir con sus objetivos. El ejemplo del INABIE es ilustrador.
Su director actual, René Jáquez, solicitó públicamente que nombren su relevo
para que éste pueda llevar a cabo los procesos y pagos que permitan la
adquisición de los uniformes, alimentos y servicios de salud para los
estudiantes de las escuelas públicas en el año escolar que, supuestamente, debe
comenzar la semana próxima.
En otros casos, los nuevos encargados se la
pasan investigando acciones de la pasada administración para realizar críticas
en los medios de comunicación, que muchas veces, para colmo, no tienen
fundamento o son un soberano disparate. Haber declarado que en Edenorte se
heredó un déficit de 116 mil millones de pesos cabe en esa categoría.
Una tercera causa de atasco es la decisión de muchos
incumbentes de que la Cámara de Cuentas o una firma internacional especializada
realice una auditoría en la institución en la cual han sido nombrados. Considero
que esa decisión es muy buena, pues así se despejan dudas sobre la
administración anterior, pero hay que evitar que ese proceso de auditoría
impida que se realicen las actividades clave de esa institución. Esto cobra una
gran importancia si se trata de servicios públicos fundamentales para el
crecimiento económico nacional.
Un cuarto caso es el del incumbente que está
más preocupado por su imagen personal o por la línea gráfica de su papelería,
que por sus obligaciones frente al pueblo que eligió al Presidente que lo
nombró. Este último caso es verdaderamente patético, pues no comprende la
severidad de la crisis que nos azota.
En resumen, señor Presidente, haga que sus
funcionarios se pongan las pilas y evitemos caer en un período de España
Boba.
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