La sociedad dominicana necesita crear más empleos, que sean
formales, estables y reflejen la productividad de los empleados.
Ese objetivo se puede alcanzar mediante la aceleración del
ritmo de crecimiento económico, pues se sabe que por cada 1% de crecimiento el
empleo crece en 0.43%.
Además se puede promover la creación de empleo adoptando
medidas que eleven la reacción de empleo por cada porciento de crecimiento
económico. Esas medidas consisten en reformas estructurales que flexibilicen el
mercado laboral.
Los datos provenientes de la encuesta nacional de fuerza de
trabajo, que publica regularmente el Banco Central, revelan que el 55% de los
empleados obtiene sus ingresos en actividades informales. Esto sugiere que la
economía dominicana percibe el Código Laboral, el Sistema de Seguridad Social,
la estructura y nivel de salarios mínimos y el sistema judicial que aborda los
conflictos laborales, como restricciones que dificultan la creación de empleo
formal.
Ante esa situación los agentes económicos se las han
ingeniado para sortear esas restricciones mediante la realización de contratos
laborales informales. Esto significa que en las soluciones laborales son de
extremo. Formales, que cumplen todos los requisitos legales. Informales, que no
cumple ninguno.
Lo óptimo es una condición intermedia que se puede conseguir
mediante la aprobación de una norma que establezca que las personas tienen la
libertad, a la hora de negociar su contrato de trabajo, de renunciar a parte de
sus derechos laborales.
Así se lograría que los actualmente desempleados y que estén
dispuestos a trabajar, por ejemplo, por un salario menor al mínimo, puedan
hacerlo.
Después de todo, es mejor un salario reducido que un salario
igual a cero.
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