[Escrito el 4 de diciembre de 2025]
El ministro de Hacienda, Magín Díaz, ha comentado en diversos foros sobre la necesidad de realizar una reforma fiscal en la República Dominicana. Dicha reforma es indispensable para mantener la sostenibilidad de la deuda pública y la estabilidad macroeconómica.
La evidencia empírica confirma que cuando hay crisis económica es más fácil que la población acepte una reforma fiscal que incluya una modificación de impuestos.
El saldo de las finanzas públicas actual, con un déficit del gobierno estimado en un 3.4% del PIB, y una deuda pública ligeramente por debajo del 60% del PIB, lleva a recomendar la adopción de medidas que mejoren la posición financiera del Estado.
La secuencia de la reforma fiscal de Magín debe iniciar con el recorte de los gastos superfluos. Además, los subsidios generalizados que benefician principalmente a los más ricos deben ser eliminados. El déficit del sector eléctrico, que obliga al gobierno a transferir un monto equivalente a un 1.4% del PIB a las empresas distribuidoras de electricidad, debe reducirse.
El segundo paso debe ser la puesta en marcha de medidas que reduzcan la evasión impositiva. Se estima que una mayor eficiencia de la administración tributaria elevaría hasta en 4 puntos del PIB la presión tributaria.
El tercer paso es la eliminación de las exenciones e incentivos impositivos que, después de un riguroso análisis costo beneficio, se determine que no aportan en términos netos al desarrollo económico y social de la nación.
Después de esos pasos se debería modificar el Código Tributario para establecer un sistema tributario que sea equitativo, capaz de generar ingresos públicos sin deteriorar excesivamente las actividades económicas y, sobre todo, que sea neutral ante de las decisiones de ahorro, inversión, trabajo y producción de los agentes económicos.
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