[Escrito el 27 de noviembre de 2025]
En diversas ocasiones he comentado que el bitcoin no es una moneda, ya que no cumple con las funciones básicas del dinero, que son: unidad de cuenta, depósito de valor y medio de pago.
El bitcoin es un instrumento financiero altamente especulativo, que se utiliza para realizar pagos que se desprenden de actividades ilegales o no transparentes. Entre ellas se encuentran las operaciones de lavado de activos del narcotráfico, la compra ilegal de armas, el terrorismo, la trata de blancas, la corrupción pública y la evasión de impuestos.
Dichas transacciones ilegales generan una demanda de bitcoin que, dada su oferta limitada, tiende a colocar su precio de mercado a un nivel superior a su valor fundamental, que es cercano a cero. Más todavía, la evolución de su precio tiene un comportamiento característico de una burbuja financiera, estimulada por una compra continua de los especuladores quienes prevén que el precio seguirá subiendo y podrán obtener una buena ganancia de capital.
Fuera del servicio de realizar pagos ilegales, el bitcoin no aporta nada más de lo que suple el dólar, el euro o el yen. Dada la oferta limitada de bitcoin, después de que su precio alcanzara un nivel determinado, relacionado con la función que brinda a los que están fuera de la ley, no se justifica que siga subiendo a menos que sea simplemente por la presencia de la demanda especulativa que crea la burbuja.
En otras palabras, el bitcoin con un precio de 1 dólar tiene el mismo valor fundamental que el que tiene cuando alcanza los 125 mil dólares. Por ello se puede afirmar que, así como entre octubre y noviembre de este año el precio del bitcoin cayó un 30%, podría volver a caer hasta llegar a un nivel mucho menor, lo que quebraría todos los fondos de inversión que utilizan el bitcoin como principal activo de respaldo. Espero que usted no tenga sus chelitos ni en bitcoin ni en ninguno de esos fondos de “inversión.”
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