[Escrito el 1 de abril de 2022]
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, está decidido a lograr una
reducción, aunque sea transitoria, de los precios del crudo y sus derivados. En
una decisión sin precedentes en términos de su magnitud, Biden decidió liberar
un millón de barriles diarios de las reservas estratégicas de combustibles,
para un total de 180 millones de barriles en un período de seis meses. La
reacción inmediata fue un retroceso del precio del crudo de casi siete dólares,
equivalente a una variación de -6.6%, cerrando el precio en el entorno de los
100 dólares por barril.
De acuerdo con los expertos, esa es una decisión histórica porque es
casi cuatro veces lo que normalmente se libera de las reservas estratégicas
cuando el mercado se encuentra demasiado apretado; es decir, cuando la oferta
se coloca por debajo de la demanda, como es la situación actual. A la fecha,
las reservas de combustibles en los Estados Unidos ascienden a 568 millones de
barriles, cifra muy por debajo de su máximo de 700 millones de barriles.
La intervención del presidente Biden en el mercado es la reacción a la
decisión de los miembros del cartel de la Organización de Países Exportadores
de Petróleo (OPEP) de no aumentar la producción de crudo, a pesar del
significativo incremento de precios provocado por la incertidumbre en torno al
suministro del petróleo ruso. La OPEP sólo aumentará en 432 mil barriles
diarios la producción de petróleo, tal como se había acordado antes de la
invasión de Rusia a Ucrania. Esto significa que ese cartel aprovechará al
máximo los altos precios del crudo para desangrar financieramente a los países
importadores, como es el caso de la República Dominicana.
El presidente Biden tiene como objetivo también promover la producción doméstica
de petróleo y sus derivados. Las autoridades de su gobierno estiman que en esos
seis meses la industria nacional podrá aumentar su capacidad de producir más
crudo y así presionar a la baja los precios, lo cual es clave para proteger los
bolsillos de los consumidores. De acuerdo con el Wall Street Journal, los
representantes del sector privado lo que desean es que el gobierno elimine las
barreras que afectan negativamente la inversión en la producción de energía e
infraestructura.
Espero que la Administración Biden y el sector privado estadounidense se
pongan de acuerdo a la brevedad posible, pues cabe recordar que, por cada dólar
que baje el precio del petróleo, la República Dominicana se ahorraría 54
millones de dólares al año.