[Escrito el 22 de marzo de 2022]
En la Unión Europea se discute sobre una amplia prohibición de la compra
de combustibles a Rusia, tal como han hecho los Estados Unidos y el Reino Unido.
Esa decisión, si finalmente se aprueba, sería la reacción de Europa a la
intensificación del bombardeo ruso a diversas ciudades de Ucrania. Obviamente,
el impacto económico será doloroso, pues será muy difícil para la Unión Europea
-en particular para Alemania- sustituir el combustible ruso, que equivale a un
28% de demanda de petróleo y el 40% de los requerimientos de gas natural de la
Unión.
El golpe sería contundente también para Rusia, pues, de acuerdo con el
Wall Street Journal, el sector energía equivale a un 20% de su PIB, representa
40 de cada 100 rublos de ingresos públicos y las exportaciones de petróleo
explican el 37% de los ingresos por exportaciones.
La reacción inmediata de esa posible prohibición, que pudiera sacar de
mercado alrededor de 3 millones de barriles de crudo por día, fue el aumento
del precio en los mercados internacionales. Específicamente, el crudo West
Texas Intermediate se colocó en el entorno de los 112 dólares por barril. El
viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, advirtió ayer que la prohibición de
comprar el petróleo ruso llevaría su precio por encima de los 300 dólares por
barril.
El aumento de los precios de los combustibles presionará hacia arriba la
tasa de inflación a nivel global, en particular en los Estados Unidos. Por eso
no debe sorprender que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, haya
señalado ayer que esa institución está preparada para subir de manera más
agresiva la tasa de interés para enfrentar la inflación. La semana pasada se
aprobó un incremento de un cuarto de punto porcentual y se señaló que se
aprobarían seis aumentos adicionales hasta llevar la tasa de referencia a
1.875% a finales de 2022. No obstante, Powell señaló que tomaría “todos los
pasos que sean necesarios para asegurar el retorno de la estabilidad de
precios,” sugiriendo aumentos de hasta medio punto porcentual en la tasa, aun
cuando esto desacelere el ritmo de crecimiento económico. La tasa de rendimiento
de los bonos del Tesoro a 10 años se colocó en casi 2.4%, reduciendo el valor
de los títulos de renta fija.
Mayores precios de los combustibles constituyen una mala noticia para la
República Dominicana. Cabe recordar que, de acuerdo con recientes disposiciones
del gobierno dominicano, a partir de los 115 dólares por barril se traspasaría
el costo adicional a los consumidores, pero sin aplicar el impuesto de 16%
correspondiente al ad valorem. Por el lado de las cuentas externas se sabe que
por cada dólar que sube el crudo se registra un deterioro de 54 millones de
dólares anuales. Asimismo, el incremento que se registrará en el costo de los
billetes aéreos repercutirá negativamente sobre los flujos de turistas hacia el
territorio dominicano. Ese entorno económico hará más difícil el trabajo del
Banco Central para controlar la inflación.
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