[Escrito el 12 de agosto de 2021]
Los sistemas de pensiones tienen como objetivo que las personas reciban ingresos después de que concluya su vida laboral activa. El premio Nobel de Economía y profesor del MIT, Franco Modigliani, nos enseñó la hipótesis del ciclo vital, que indica cómo los individuos ahorran más durante su etapa de juventud para poder usar esos recursos para consumir cuando ya estén retirados del mercado laboral.
Aquí analizaré tres sistemas de pensiones. El
primero, en el cual la persona, que es joven y trabajadora hoy, tiene hijos e
invierte en su educación con la esperanza de que alguno de ellos pueda tener en
el futuro ingresos suficientes para que le transfiera recursos al padre -o a la
madre- en forma de pensión. El segundo, es el sistema de reparto, en el cual el
joven de hoy paga una proporción de su salario a una caja común, de donde el
Estado extrae recursos para pagarle una pensión a los que actualmente son
ancianos. El tercero, es el sistema de capitalización individual, en el cual el
joven de hoy invierte una proporción de su salario -al igual que lo hace su
empleador- en una cuenta personal, la cual se utilizará en el futuro para
adquirir un flujo de recursos en forma de pensión.
La experiencia internacional y local ha
demostrado que el sistema de reparto tiende a ser financieramente inviable. Por
lo general, la caja común, de donde se pagarían las pensiones, se queda vacía y
el Estado enfrenta ese déficit mediante reformas tributarias y/o la reducción
de los montos de las pensiones. Ante esa evidencia nos queda por analizar los
otros dos sistemas de pensiones.
El sistema basado en el ingreso futuro de los
hijos tiene algunos elementos clave. Para asegurar que los padres reciban esa
transferencia de recursos de los hijos se necesita: un adecuado nivel de
inversión en su educación; una significativa dosis de perseverancia en el estudio
y trabajo; y un sentimiento de agradecimiento infinito del hijo hacia los
padres. Eso aseguraría una buena pensión para los padres.
El sistema de capitalización individual implica
que el joven ahorra en una cuenta personal, cuyos recursos son invertidos de
forma eficiente en los mercados de capitales, para tener un ingreso en el
futuro. Al final de su vida laboral, la mayor parte de ese ahorro se habrá
originado del retorno de las inversiones, pero es obvio que, a mayor monto de
ahorro mensual, mayor riqueza habrá acumulado al final del período.
Y aquí cabe preguntar, ¿cuál sería el impacto sobre la pensión de que se extraiga, antes de que llegue la edad de retiro, una parte de ese ahorro acumulado en la cuenta individual? La respuesta es simple. Tendría el mismo impacto que sufriría la pensión, en el sistema basado en los hijos, si el padre decide reducir la inversión en la educación de sus vástagos. A mi entender, ninguna de esas dos decisiones es la mejor para el futuro de las personas que recibirán la pensión.
Jaime, no soy un matemático o economista como usted, pero esperar los 64 años para darte que lo que trabajaste y prorateado con tantas necesidades que hay en este país, pienso que no debe ser como plantea esa ley, se debe buscar la forma y creo que debe de haberla de como beneficiar más al trabajador y darle opciónes. La ley se escucha bien (guardar para darte después) pero la forma resulta abusiva, del como darte lo que trabajaste y hasta la edad en que puedas optar por esos ingresos a la forma que ellos quieren...
ResponderEliminar65 años*
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