[Escrito el 20 de diciembre de 2016]
Irlanda y Apple se
enfrentan a la Comisión Europea por una suma que puede llegar a los 13 mil
millones de euros por concepto de impuestos dejados de pagar entre 2003 y 2013.
Irlanda tiene un
sistema impositivo que atrae a su territorio a empresas extranjeras.
Específicamente, la tasa del impuesto sobre la renta es de 12.5, nivel
considerablemente más bajo que el resto de los países europeos o que los Estados
Unidos, donde por lo general supera el 25%. La diferencia se agranda si se toma
en consideración la existencia de incentivos estatales que llevan a empresas,
como Apple, a pagar menos del 1% de impuesto sobre la renta en Irlanda.
La diferencia de tasas
impositivas promueve la práctica de precios de transferencia. Esto consistente
en establecer precios en cada país de manera que los beneficios de las
multinacionales se queden en el territorio con menor tasa de impuesto sobre la
renta.
El presidente electo
Donald Trump ha señalado que reducirá la tasa de impuesto sobre la renta en los
Estados Unidos de un 35% a un 15%. Esto estimulará que muchas empresas
estadounidenses facturen a sus filiales en el extranjero a mayores precios con
el objetivo de dejar la mayor parte de sus beneficios en los Estados Unidos.
El uso más activo de
los precios de transferencia debe ser tomado en consideración por la Dirección
General de Impuestos Internos para evitar que recursos que deberían recaudarse
en el país se queden en los bolsillos de las multinacionales.
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