[Escrito el 16 de febrero de 2015]
El
presidente Danilo Medina ha logrado reducir significativamente el déficit del
sector público no financiero. Entre 2012 y 2014, ese déficit disminuyó en más
de tres puntos porcentuales del PIB, lo cual ha creado las condiciones
necesarias para que el sector privado pueda expandir su actividad económica.
Para detener
la acumulación de deuda pública es indispensable continuar con la consolidación
fiscal, que reduzca entre uno y dos puntos porcentuales adicionales el déficit
público. Esto se lograría si se elimina el déficit financiero del sector
eléctrico, si se recortan otros gastos corrientes o si se incrementan los
ingresos tributarios.
Pienso que
la primera medida del próximo gobierno será una reforma fiscal. Para lograr que
la población la apruebe recomiendo que la misma contenga reglas fiscales que
aseguren la sostenibilidad de la deuda pública.
El uso de
reglas fiscales obligaría al gobierno a ahorrar en tiempos de elevados
ingresos, y evitar la tentación de incrementar las erogaciones. Esto significa
que aumentaría el control de los gastos, reduciéndose el ritmo de endeudamiento.
Además,
esas reglas promoverían el uso de herramientas de costo/beneficio que
priorizarían los gastos y las inversiones públicas.
El
fortalecimiento de las instituciones que manejan las finanzas gubernamentales
ayudaría a disminuir la volatilidad e incertidumbre en los resultados de
ingresos y egresos.
Esto
elevaría la predictibilidad del saldo fiscal y expandiría el impacto de la
intervención del Estado en la economía, estimulando el crecimiento económico y
la creación de empleo.
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