[Escrito el 2 de julio de 2014]
Alemania es un ejemplo de reforma laboral exitosa. Entre
2003 y 2005 se adoptaron las leyes Hartz con el objetivo de flexibilizar el
mercado laboral e incentivar a que la población, en particular, los jóvenes y
las mujeres pudiesen encontrar un empleo.
Esa reforma laboral permitió que Alemania, a diferencia de
otros países, lograse incrementar su nivel de empleo, a pesar de la crisis
financiera de 2009. Ese buen desempeño se ha traducido en una tasa de desempleo
de 6.7%, lo cual contrasta con el promedio de la zona euro de 11.7%.
La flexibilidad laboral posibilitó que en vez de perder el
empleo los trabajadores pudiesen aceptar una reducción de la cantidad de horas
trabajadas. Esto permitió que las personas pudiesen mantener un ingreso
superior al que obtendrían desempleados.
La República Dominicana iniciará en poco tiempo el proceso
de reforma del Código Laboral. Los empresarios y los sindicatos deben tener
como meta realizar una reforma que permita la creación de nuevos puestos de
trabajo, principalmente formales.
Hay que entender, como se entendió en un país rico como
Alemania, que para alcanzar un mayor ritmo de crecimiento económico hay que tener a la población trabajando. Si
ese mayor empleo se complementa con programas de formación en la empresa, que
facilite el aumento de la productividad de los más jóvenes, se registraría un
crecimiento superior al 6% anual.
Estoy convencido de que si llega a un acuerdo obrero-patronal
para la flexibilización del mercado laboral, las generaciones futuras estarán
muy agradecidas.
Falta poner algunas de esas medidas flexible y ver si la rígida mentalidad dominicana fuera capaz de admitirla
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