[Escrito el 30 de junio de 2014]
Hace un mes el sistema judicial estadounidense condenó al
expresidente de Guatemala Alfonso Portillo a cinco años y diez meses de cárcel
por haber utilizado bancos americanos para lavar 2.5 millones de dólares. Ese
resultado fue una victoria contra la corrupción pública.
Hoy, la Suprema Corte del Estado de Nueva York logró otra
gran victoria, esta vez contra malas acciones del sector privado. El banco francés
BNP Paribas se declaró culpable de los cargos criminales originados por haber
violado hace unos años las sanciones establecidas por los Estados Unidos en
contra de Sudan e Irán.
Esa declaración de culpabilidad es parte de un acuerdo en el
cual el banco tendrá que pagar una multa record de 8,834 millones de dólares.
El acuerdo de culpabilidad también le impedirá realizar
operaciones de pagos en dólares en transacciones realizadas en el sector
petróleo y gas. Ese impedimento, que durará un año, se debe a que el banco
francés utilizó esa moneda para montar desde China y otros países asiáticos una
operación que facilitaba el flujo financiero necesario para permitir la
comercialización de petróleo de Sudan e Irán, violando el embargo
estadounidense.
Este es otro ejemplo del poderoso brazo de la justicia
norteamericana. Basta con el uso de uno de sus bancos, o de su moneda o de su
territorio para llamar la atención a sus agentes federales y, sobre todo, de su
justicia. Una de las más transparentes y poderosas del mundo.
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