El Gobierno Dominicano ha estado
ejecutando una política económica preocupante. Sus decisiones han provocado un
mayúsculo déficit público y una creciente deuda estatal, que coloca a la
República Dominicana sobre la misma trayectoria que llevó a Grecia a la debacle
de su economía.
Al igual que los gobiernos griegos,
el gobierno de Leonel Fernández ha hipotecado el futuro de los dominicanos. En
los últimos cuatro años el déficit de las finanzas públicas ha sido superior a
los 50 mil millones de pesos. De hecho, en el 2011 el déficit superó los 61 mil
millones de pesos, casi el doble de lo acordado con el Fondo Monetario
Internacional. La contraparte de esos déficits ha sido la acumulación de deuda
pública, que pasó de 9,700 millones de dólares en 2004 a 23,000 millones de
dólares en 2011.
El
déficit público y la acumulación de deuda se registraron a pesar de que en los
últimos 7 años se ejecutaron cinco reformas tributarias. En el período
2001-2004 cada dominicano pagó en promedio 8,777 pesos en impuestos. En el
período 2007-2010, los impuestos per cápita subieron un 169.9%, al situarse en
23,691 pesos. Esos mayores impuestos constituyen la causa principal del alto
costo de la vida y de los crecientes precios que disminuyen el bienestar de la
gente.
El 80% de la población ya no soporta
los efectos negativos de la política económica del gobierno actual. Ese
porcentaje de los dominicanos afirma que la situación económica es mala o muy
mala y, en consecuencia, desea un cambio. Un cambio que modifique la influencia
gubernamental sobre el empleo, el costo de la vida, la calidad de los servicios
de educación y salud, y la inseguridad ciudadana.
El desequilibrio en las finanzas
públicas de Grecia la ha convertido en la vergüenza de toda Europa. La semana
pasada salió publicado un documento preparado por Alemania en el cual le
advierte a Grecia que debe ceder el control sobre sus finanzas públicas. El
texto se inicia señalando que Grecia incumplió sus metas fiscales en el 2011 y,
por lo tanto, no honró sus acuerdos con el FMI y sus acreedores. Ante esa
situación, el gobierno alemán le propuso a la Unión Europea, al Banco Central
Europeo y al Fondo Monetario Internacional que un comisionado se encargue del
manejo presupuestario del gobierno griego. El principal objetivo de ese control
presupuestario es destinar los ingresos públicos en primer lugar para el
servicio de la deuda pública. Lo que quede de dinero se usará para pagar los
gastos gubernamentales. Si Grecia no acepta, no habrá más recursos para el
rescate de su maltrecha economía.
La República Dominicana ya vivió una
vergüenza similar. Debido al descontrol del gasto público y la acumulación de
deuda soberana, el gobierno del General Lilís cedió el control de las finanzas
públicas a los acreedores extranjeros. Después de una serie de eventos
azarosos, como la muerte del presidente en una calle de Moca el 26 de julio de
1899, se firmó la Convención Dominico-Americana de 1907 donde el país cedió al
gobierno de los Estados Unidos el control de los ingresos de las aduanas y su
distribución a favor del servicio de la deuda pública.
Leonel Fernández debe aprender esa
lección. Su gobierno ha incumplido las metas fiscales acordadas con el Fondo
Monetario Internacional. El déficit público de 2011 ha sido el mayor de la
historia y la deuda pública ha alcanzado niveles nunca antes registrados.
Estamos transitando sobre los pasos de Grecia.
La
República Dominicana va por mal camino. Se necesita un cambio, por el bien de
todos los dominicanos.
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