[Escrito el 24 de julio de 2024]
El Fondo Monetario Internacional concluyó su visita a la República
Dominicana con un mensaje positivo. Dentro del marco de la misión de la
consulta del Artículo IV correspondiente a 2024, el Fondo indicó que “las
políticas acertadas y decididas han logrado que la inflación retorne firmemente
a su nivel meta…” de 4%±1%.
El optimismo del Fondo sobre la economía dominicana es notable. A pesar
de la incertidumbre que afecta a la economía global, esa institución proyecta
que el crecimiento del PIB real se colocará alrededor de su tendencia a largo
plazo de 5%, mientras que la inflación se situará en torno a la meta del 4%.
De manera específica, para el año 2024 el FMI proyecta un ritmo de
crecimiento del PIB real de 5.1%. Esto aun cuando todavía siguen vigentes
algunos factores internacionales que pueden empujar hacia abajo el crecimiento
económico nacional. Entre esos factores se pueden citar: la permanencia de una
política monetaria restrictiva en Estados Unidos; tensiones geopolíticas; y la
volatilidad de los precios de las materias primas.
Yo añadiría algunos condicionantes locales que limitarán el ritmo de
crecimiento económico: las elevadas tasas de interés reales y su impacto sobre
el sector de la construcción; la lucha contra la volatilidad cambiaria; y la
incertidumbre que se desprende de la posible reforma tributaria, que tendría un
impacto negativo sobre la demanda del sector privado. Todo esto, unido a un
efecto de base estadística que se acentuará en el segundo semestre del año,
pudiese provocar que la tasa de crecimiento del PIB real quede en un rango que
va de 4% a 4.5%.
Con relación a las finanzas públicas, el organismo internacional
recomienda la reforma fiscal integral que incremente los ingresos tributarios
como resultado de la ampliación de la base tributaria, la eliminación de
exenciones, la reducción de la evasión tributaria y la mejora de la eficiencia
del gasto público. Mayores ingresos tributarios y la reducción del gasto,
mediante la aplicación de la ley de responsabilidad fiscal, mejoraría el saldo
de las finanzas públicas y reduciría la deuda consolidada. Hay que añadir que
esa política fiscal restrictiva se traduciría, en el corto plazo, en la desaceleración
del crecimiento del PIB.
Sobre la política cambiaria, el Fondo recomienda que se aumente la
flexibilidad del tipo de cambio y que las intervenciones en el mercado de
divisas se limiten a casos de choques importantes. Por último, reconoce que el
sector financiero se encuentra debidamente capitalizado y rentable, lo cual es
muy positivo.
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