[Escrito el 21 de noviembre de 2023]
La victoria de Javier Milei en la carrera presidencial de la Argentina
pone de nuevo sobre la mesa el tema de la dolarización. Su triunfo refleja que
ese pueblo está cansado de los errores de política económica que se desprenden
de la dominancia fiscal; esto es, cuando los déficits gubernamentales se
financian con emisiones monetarias. Errores que han sido cometidos por la clase
política tradicional desde los años setenta y se han traducido en hiperinflación,
depreciación acelerada de la moneda, elevadas tasas de interés, recesión,
desempleo y empobrecimiento.
El presidente electo Milei propone disminuir impuestos, recortar gastos,
reducir el déficit público y dolarizar la economía con lo cual se eliminará la
máquina de imprimir dinero local.
El profesor Iván Werning del Instituto Tecnológico de Massachusetts en
una presentación que realizó a través de Zoom en la Universidad de Princeton
identificó los beneficios, peligros y retos de la dolarización en Argentina.
El principal beneficio de la dolarización es que permite una reducción
rápida de la inflación, mejorando el proceso de asignación de recursos, lo cual
favorece el crecimiento económico.
Pero la sustitución del peso por el dólar tiene costos importantes. Se pierde
la política monetaria como instrumento para la estabilidad macroeconómica, se
evapora el señoreaje y ya no existe un prestamista de última instancia ante una
posible crisis bancaria. También se pierde la posibilidad de devaluar el peso
para promover las exportaciones. La experiencia de la crisis económica sufrida
por Grecia, España, Italia y Portugal entre 2010 y 2015 muestra el costo de no poseer
moneda propia y, por tanto, de no tener la posibilidad de devaluarla en medio
de una perturbación externa o interna.
La dolarización tiene costos adicionales si hay escasez de la moneda
estadounidense. De acuerdo con el profesor Werning el banco central de
Argentina no tiene los dólares suficientes para realizar la conversión a una
determinada tasa de cambio peso/dólar. Esto pudiera provocar un aumento del
tipo de cambio y de los precios antes de que se apruebe la dolarización, como
resultado de la crónica de una dolarización anunciada. Y señala que si se
dolariza habrá una falta de dólares en manos de la población, lo cual implica
que la economía tendrá un bajo nivel de liquidez que pudiera desembocar en
menor consumo y en una recesión.
El profesor Guillermo Calvo de la Universidad de Columbia, que tampoco
está de acuerdo con la dolarización que propone Milei porque en este contexto pudiera provocar una hiperinflación, en 1999 indicó cómo se
puede realizar una dolarización mediante un acuerdo con la Reserva Federal que
le permita compartir el monto del señoreaje. Una propuesta similar realicé en
1990 para la República Dominicana.
Todo lo anterior sugiere que para que la dolarización funcione es
necesario reducir el déficit fiscal y realizar un acuerdo con la Reserva
Federal para conseguir la liquidez en dólares. Esto es clave para que haya un
claro compromiso de que la dolarización será una decisión irreversible,
minimizando la probabilidad de darle marcha atrás como sucedió con la caja de convertibilidad
aplicada en los años noventa, mediante la cual también se renunciaba a tener
una política monetaria independiente.
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