[Escrito el 26 de diciembre de 2016]
Una sorpresa es un
evento inesperado por la mayoría. Una definición similar utiliza la revista The
Economist para describir lo que no se debe esperar que ocurra en el año 2017.
Dado que la República Dominicana es una economía estrechamente vinculada con
los mercados internacionales, procedo a comentarles sobre algunas posibles sorpresas
económicas en 2017.
La primera sorpresa
puede ser el fracaso de la política fiscal de Trump. La mayoría de los agentes
económicos piensa que la reducción de los impuestos y el aumento del gasto en
infraestructura elevará de 2% a 4% la tasa de crecimiento del PIB
estadounidense. No obstante, puede suceder que, tal como ha previsto el
profesor Larry Summers, esa reforma tributaria no logre traducirse en una
expansión de la actividad económica al disminuir la inversión privada debido al
aumento de las tasas de interés que provocaría el mayor déficit público.
La segunda sorpresa
puede ser que la Reserva Federal apriete el freno monetario más fuerte de lo
esperado. Actualmente los agentes económicos pronostican tres aumentos de tasas
de interés en 2017. Esto pudiera desembocar en mayores tasas de descuento,
impactando desfavorablemente sobre los proyectos de inversión. Si la cotización
del dólar sube más de lo esperado, provocaría la pérdida de competitividad del
sector exportador de los Estados Unidos.
La tercera sorpresa
puede ser el colapso del valor de los bonos corporativos. El aumento de la tasa
de interés pudiera reducir el precio de los bonos emitidos por empresas que
tengan una calificación inferior al grado de inversión. Esto pudiera impactar
negativamente el acceso al crédito a empresas y países, como la República
Dominicana.
Afortunadamente, las
sorpresas anteriores pudieran provocar otra identificada por The Economist: el
aumento del precio del oro. Y esa conviene a la economía dominicana.
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