[Escrito el 27 de diciembre de 2016]
La economía dominicana
registró un buen desempeño en el año que termina.
El producto interno
bruto se expandirá alrededor del 6.5%. El aumento de la cantidad de bienes y
servicios se traduce en mayor masa salarial y un nivel de beneficios superior
al del año anterior. El mayor PIB se traduce también en la creación de empleo. Esto
tiende a mejorar, en promedio, las condiciones de vida de la población.
La tasa de inflación
quedará por debajo del 2%. Esa cifra está por debajo del límite inferior de la
meta de inflación que es 4%±1%. Esa ligera variación de los precios implica
que la política monetaria logró mantener la credibilidad en el peso dominicano
y protegió el poder adquisitivo de los ingresos.
Las cuentas externas
mostraron un comportamiento positivo en 2016. Se estima que el déficit de la
cuenta corriente de la balanza de pagos será de 1.7% del PIB. Esa magnitud
puede financiarse de forma sostenible con entrada de recursos de largo plazo.
El tipo de cambio se
mantuvo muy estable durante todo el año. La depreciación del peso con relación
al dólar fue de apenas un 2.5%, variación que está por debajo del 4% que fue la
tasa de depreciación promedio de años recientes.
Esa estabilidad
macroeconómica no tiene precio. Esto favorece la inversión privada y la
expansión de la capacidad de generación de ingresos de la familia dominicana.
Por ese motivo se ha logrado reducir de forma significativa la incidencia de la
pobreza en los últimos cuatro años.
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