[Escrito el 21 de julio de 2015]
Paul
Krugman, Premio Nobel de Economía, está decepcionado con el gobierno griego. En
una entrevista a CNN señaló estar sorprendido por el hecho de que Alexis
Tsipras no tuviese un plan alternativo ante una eventual salida del euro.
Krugman afirmó: “He sobrevalorado la
capacidad del Gobierno Griego.”'
En esa
entrevista el profesor de economía de la Universidad de Princeton declaró estar
en desacuerdo con el programa de austeridad requerido por el tercer rescate de
Grecia. De acuerdo a Krugman, ese programa de recortes y más austeridad no
funcionará.
Y concluye
afirmando que los griegos no podrán pagar su deuda y que terminarán saliendo
del euro. Esas palabras de Krugman dejan claro que, según su opinión, la única
forma de pagar esa deuda es mediante la
emisión de moneda nacional que permita elevar la tasa de inflación y disminuir
en términos reales la deuda.
Sus
palabras de manera implícita significan que también habría un descuento de la
deuda. Muchos países han salido de crisis de endeudamiento mediante el impago y
una posterior reestructuración que reduzca el monto y servicio de las
obligaciones públicas.
Eso es lo
que le gustaría a Krugman, que Grecia se declare en cesación de pagos y obligue
a los acreedores a aceptar un recorte de sus acreencias. Eso permitiría, según
el Nobel Economía, distribuir la carga del ajuste de la deuda griega.
Lamentable
posición, pues olvida el impacto negativo que –en el corto plazo- tendría esa
política sobre la actividad económica y el empleo de Grecia.
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