La Reserva Federal mantuvo sin cambios su política
monetaria. Después de dos días de reuniones, sus autoridades decidieron
continuar con el programa de compra de bonos ascendente a 85 mil millones de
dólares mensuales. Además, mantuvieron la tasa de interés de política monetaria
en el rango de 0% a 0.25%.
La próxima reunión de la Reserva Federal se celebrará en
diciembre y no está del todo claro si en esa fecha se comenzará a aplicar una
política más restrictiva, debido a que el ritmo de crecimiento económico no ha
alcanzado el nivel deseado por Washington.
En enero de 2014, con la llegada de Janet Yellen, que se
espera sea confirmada por el Senado a mediados de noviembre, se acentuará el
interés de alcanzar una tasa de desempleo mucho menor a la tasa de 7.2% que
existe en la actualidad.
Dado que Yellen asigna más importancia al empleo que a la
inflación es muy probable que se mantenga por bastante más tiempo la política
de dinero fácil que estuvo aplicando Ben Bernanke, para acelerar el ritmo de
crecimiento de la economía estadounidense y reducir la tasa de desempleo
incluso por debajo de 6.5%.
Además, la probabilidad de que la Reserva Federal apriete
los frenos monetarios se reduce debido a la incertidumbre creada por la falta
de acuerdo entre la Casa Blanca y el Congreso sobre el presupuesto y el nivel
de deuda.
Mientras no haya acuerdo fiscal, la Reserva seguirá soltando
dinero.
¿Eso es bueno o malo?
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