[Escrito el 3 de octubre de 2025]
El 15 de septiembre de 2022 comenté que la crisis que afecta Haití, el país más pobre del hemisferio occidental, era el principal problema de la República Dominicana.
El 11 de marzo de 2024 describí el impacto de la crisis haitiana sobre la economía dominicana. En ese entonces, analicé el efecto de los flujos migratorios sobre el mercado laboral dominicano, en particular, sobre los ingresos de los dominicanos.
El 26 de marzo de 2024 escribí que la solución de la crisis haitiana podía surgir de la voluntad de Estados Unidos, Francia y Canadá. Destaqué que esos tres países tienen el poder económico y militar necesario para derrotar las bandas y estabilizar la vecina nación.
El 20 de noviembre de 2024 reiteré que la crisis haitiana seguía siendo un gran problema que atenta contra la estabilidad de la República Dominicana.
El 27 de junio de 2025 comenté que la crisis haitiana seguía agravándose, ya que la actividad económica se deterioraba de forma acelerada, los precios subían y las bandas acentuaban el control de las calles.
Lamentablemente, en vez de ayudar, los Estados Unidos han tomado una decisión que agravará más la crisis haitiana y con ello aumentará el problema para la República Dominicana. De forma inexplicable, el gobierno estadounidense decidió no renovar las iniciativas comerciales que permitían a Haití exportar a ese mercado prendas de vestir libre de aranceles. A partir de ahora, las importaciones de productos textiles provenientes de Haití serían gravadas con aranceles de hasta un 30%.
La no renovación de las iniciativas HOPE y HELP estimulará el traslado de las pocas empresas que quedan en el norte de Haití a otros países centroamericanos o asiáticos. Ello provocará la destrucción de la mayor parte de los 26 mil empleos existentes en esas empresas textiles, incrementará la pobreza en Haití y aumentará la presión hacia mayor flujo migratorio hacia la República Dominicana. Un resultado nefasto.
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