El Banco Central ha flexibilizado la política monetaria. La liberación y reducción del encaje legal le ha permitido a los bancos prestar una gran cantidad de dinero a tasas de interés inferiores a un 10%. Lo recomendable es que, además de las ferias de automóviles, se realice una feria de reestructuración financiera de las pequeñas y medianas empresas, que las ayude a elevar su competitividad, empleo y valor agregado.
Algunas empresas dominicanas todavía sufren las consecuencias de las elevadas tasas de interés registradas en el año 2008. La política monetaria en ese año fue muy restrictiva producto del déficit fiscal originado en la expansión excesiva del gasto público. La tasa de interés se duplicó, elevando considerablemente el servicio de la deuda de los negocios nacionales. La consecuencia inmediata fue una reducción de la competitividad de los sectores productivos dominicanos y la descapitalización de muchos negocios.
A partir del segundo cuatrimestre del año 2009 se inició la flexibilización de la política monetaria. Las autoridades monetarias redujeron las tasas de interés de los préstamos entre los bancos, así como las tasas de interés de los recursos que se facilitan desde el organismo emisor a las entidades financieras. También se redujo el encaje legal efectivo y se liberaron decenas de miles de millones de pesos los cuales deberían ser prestados a tasas de interés inferiores a un 12% anual.
La banca ha respondido a esa política monetaria expansiva mediante la celebración de ferias de automóviles. El Banco Popular colocó, a finales de 2009, préstamos por más de 2,000 millones de pesos a tasas inferiores al 10.95% a un plazo de tres años. El Banco de Reservas reaccionó rápidamente y también apoyó la celebración de una feria de automóviles a mediados de febrero de 2010. Esas ferias han sido un éxito para los consumidores, los concesionarios de vehículos, para el gobierno –por el aumento de la recaudación de impuestos- y para los bancos.
El aporte a la economía sería mucho mayor si se utilizara una parte de los recursos liberados para realizar una feria de préstamos para la pequeña y mediana empresa. Esa feria podría facilitarle a esos negocios que reestructuren sus deudas a tasas de interés dentro del entorno de un 10%. Esto le mejoraría el flujo libre de efectivo disponible para realizar inversiones en equipos y capital de trabajo con los recursos operativos propios. El aumento de las inversiones mejoraría la competitividad del sector productivo nacional y, en consecuencia, elevaría la capacidad de crear empleo, valor agregado y riquezas en el país.
Mi sugerencia es que el Banco Central, la Superintendencia de Bancos y los bancos comerciales se sienten con los datos de la cartera de préstamos a las pequeñas y medianas empresas, así como con las solicitudes de crédito que están pendientes de aprobación y se convoque a una gran Feria Nacional de Reestructuración Financiera, que abarque a todas las actividades productivas. Yo estoy convencido de que esa feria sería extraordinariamente beneficiosa para todos los dominicanos.