lunes, 23 de junio de 2025

Cambio de régimen

[Frente al Statu Quo. Publicado en Diario Libre el 23 de junio de 2025.]

Después de la pandemia del covid-19, en la República Dominicana se observa un cambio de régimen de política monetaria. La tasa de interés de referencia ha dejado de ser el principal instrumento de política y se ha sustituido por la inyección directa de liquidez a tasas de interés subsidiadas e intervenciones cambiarias periódicas. Dicha tasa de referencia ha perdido su influencia sobre las tasas de interés de mercado, lo que implica incapacidad de señalar a los agentes económicos cuál es la verdadera postura de política monetaria. 

Entre enero de 2012 y febrero de 2020 se aplicó un esquema de metas de inflación basado en reglas claras y transparentes, cuyos instrumentos fueron utilizados, en general, de forma consistente. Ese enfoque de política monetaria, a través de los ajustes de la tasa de interés de referencia y una gestión de la liquidez coherente con la misma, facilitó la estabilidad de precios, mantuvo el anclaje de las expectativas de inflación, amortiguó las perturbaciones externas e internas, redujo la volatilidad de las principales variables económicas y aumentó la predictibilidad necesaria para alcanzar un entorno favorable al crecimiento económico sostenido.

A partir de marzo de 2020, las autoridades han estado operando bajo un régimen de política monetaria excesivamente discrecional. En ese nuevo marco se adoptan medidas monetarias no convencionales basadas en datos de muy corto plazo, lo que amplifica la volatilidad derivada de las perturbaciones económicas, distorsiona el proceso de asignación de los recursos productivos y reduce el ritmo de crecimiento económico. Hay casos de comunicados de política que presentan mensajes contradictorios, ya que, por un lado, muestran la existencia de una postura monetaria flexible y, por otro, sugieren la necesidad de una postura más restrictiva. Las autoridades deben recordar que, para evitar sorpresas y desviaciones excesivas de las metas, es necesario que el contenido de las declaraciones y escritos refleje de forma adecuada la dirección de las acciones de política que se ejecutan. 

En el nuevo régimen de política monetaria se implementaron tres inyecciones de liquidez a tasas de interés subsidiadas. En marzo de 2020, mayo de 2023 y noviembre de 2024 se aprobaron medidas para aumentar el financiamiento a tasas de interés no superiores al 9% anual por un monto acumulado que supera los 450 mil millones de pesos. Esa política monetaria no convencional se aprobó al principio con el objetivo de amortiguar los efectos negativos de la pandemia y, posteriormente, para acelerar el ritmo de crecimiento económico, en particular, el de la actividad de la construcción. 

En junio de 2025, se autorizó una cuarta inyección de liquidez por la suma de 81 mil millones de pesos. Esa decisión revela que, además de zigzagueante, la política monetaria actual resulta inconsistente con la postura restrictiva adoptada en abril y mayo, cuando el Banco Central colocó títulos valores a tasas de rendimiento de un 12.25% con el fin de reducir la tasa de cambio promedio de 63.09 pesos a 59.15 pesos por dólar entre marzo y mayo. Vista la experiencia de los tres casos anteriores, es muy probable que la nueva inyección de liquidez aumente la tasa de cambio, lo que llevaría a las autoridades a intervenir de nuevo en el mercado mediante la venta de reservas internacionales y el incremento de la tasa de interés.

La modificación de régimen ha elevado la volatilidad de los instrumentos de política monetaria y, en consecuencia, de las principales variables macroeconómicas. La variación interanual de la oferta monetaria (M1) ha registrado una volatilidad que duplica la observada durante el régimen de metas de inflación. Esa inestabilidad de los agregados monetarios se ha reflejado en un incremento de la volatilidad de las tasas de interés (activa, pasiva e interbancaria) que ha multiplicado por tres la registrada antes de la pandemia, con efectos adversos sobre la inversión privada. 

La incertidumbre cambiaria también se ha intensificado durante el nuevo marco de política. La volatilidad de la variación mensual de la tasa de cambio es 4.6 veces superior a la registrada antes de la pandemia. Asimismo, el promedio del margen cambiario (la diferencia entre la tasa de cambio de venta y la de compra) se ha triplicado en el período discrecional, y su volatilidad en la actualidad multiplica por cinco la observada en el período anterior. 

El impacto positivo de la política de tasas de interés subsidiadas ha sido limitado. La heterogeneidad de los agentes económicos, entre los cuales hay quienes operan con información parcial, mientras otros disponen de mucha información sobre las decisiones del Banco Central, provoca resultados subóptimos y efectos adversos sobre la distribución de los ingresos. De esto se desprende que aquellos con capacidad de obtener grandes financiamientos a tasas de interés subsidiadas logran aumentar el retorno de sus inversiones, ya sea mediante la adquisición de activos reales o a través de operaciones de arbitraje. 

El nuevo régimen de política ha debilitado la efectividad del impulso monetario sobre la actividad productiva. Los agentes económicos conocen el comportamiento de las autoridades bajo el esquema discrecional y posponen sus inversiones hasta que se implementen las medidas transitorias de aumento de liquidez a tasas subsidiadas. En ese contexto, resulta fundamental que el Banco Central garantice que el financiamiento alcance al mayor número posible de inversionistas y consumidores. Dicha garantía eliminaría la sensación de que las inyecciones de liquidez benefician principalmente a los grandes clientes. 

Cuando se revierten los efectos de esas medidas, por ejemplo, interviniendo en el mercado cambiario mediante la venta de reservas internacionales o extrayendo el exceso de liquidez a través de la colocación de títulos valores del Banco Central, la tasa de interés de mercado sube y eso perjudica a los deudores que no se beneficiaron del financiamiento a una tasa de interés subsidiada. 

En definitiva, la experiencia demuestra que incluso los mejores hacedores de política económica cometen errores cuando abusan de la discrecionalidad. Los cambios frecuentes de la orientación de los instrumentos monetarios sin una estrategia clara y consistente generan incertidumbre en los mercados y debilitan la confianza de los inversionistas, con los consiguientes efectos negativos sobre el crecimiento económico y el bienestar de la sociedad. 

miércoles, 18 de junio de 2025

Corrigiendo a la baja

[Escrito el 17 de junio de 2025]

El Gobierno dominicano y el Banco Central han vuelto a reducir la tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) proyectada para este año. Según el Panorama macroeconómico, publicado recientemente por el Ministerio de Economía, el país solo crecerá un 3.5%, muy por debajo del ritmo potencial de un 5%. 

Dado el comportamiento del PIB en los primeros cuatro meses del año, período en el cual se registró un crecimiento de un 2.5%, la actividad productiva tendría que expandirse a una tasa promedio de un 4% entre mayo y diciembre para que la economía alcance la nueva proyección del gobierno. La probabilidad de que eso ocurra es muy baja. 

Milton Friedman, profesor de Economía de la Universidad de Chicago, demostró que la política monetaria tiene un efecto rezagado y variable. De esto se desprende que los 81 mil millones de incremento de liquidez que aprobó recientemente la Junta Monetaria no tendrá un efecto inmediato sobre la inversión, el consumo y la actividad económica. 

En mayo de 2023, el Banco Central puso en marcha un programa de inyección de casi 200 mil millones de pesos y el PIB se expandió en un 2.4% entre junio y diciembre de 2023. Fue a partir del primer trimestre de 2024 que la economía creció a una tasa promedio superior a un 4%. En consecuencia, lo más probable es que en los próximos meses el PIB se incremente a un ritmo entre un 3% y un 3.2%, lo que llevaría la tasa de crecimiento anual al entorno del 3%.  Así las cosas, las autoridades volverán a corregir su proyección a la baja. 

¿Caerán las columnas de Hércules?

[Frente al Statu Quo. Publicado en Diario Libre el 16 de junio de 2025.]

El dólar español, también conocido como el real de a ocho, fue la moneda más utilizada e importante del mundo durante el siglo XVI. La moneda del imperio “donde no se ponía el sol” tenía acuñado en su reverso el escudo de la corona española, con las columnas de Hércules a los lados rodeadas por una cinta con la inscripción “Plus Ultra.” De ahí surge el símbolo del dólar más conocido en la actualidad, el estadounidense. 

Desde la Segunda Guerra Mundial, el dólar ha sido la moneda dominante. La magnitud de la economía de Estados Unidos, la disponibilidad de oro en las bóvedas de la Reserva Federal, la extraordinaria profundidad y liquidez de su mercado financiero y el desplome del imperio británico facilitaron que el dólar se convirtiese en la divisa de preferencia. En la actualidad, la mayor parte de las reservas internacionales de los bancos centrales se denomina en dólares, y es la moneda más utilizada en las transacciones financieras y comerciales en todo el mundo. 

A pesar de su preeminencia, que brinda inmensos beneficios a Estados Unidos, el dólar muestra signos de debilitamiento. En agosto de 1971, Richard Nixon puso fin al sistema de Bretton Woods, cuando suspendió la convertibilidad del dólar en oro a una tasa de cambio fija, lo cual generó incertidumbre y mayor volatilidad cambiaria. Desde entonces, el valor del dólar depende del nivel de confianza en la economía estadounidense. Por ese motivo, las perturbaciones derivadas de la política arancelaria y fiscal de Donald Trump, junto con el vertiginoso incremento de los riesgos geopolíticos, han provocado en lo que va de año una significativa caída del valor del dólar frente a otras divisas. 

Entre el primero de enero y el 12 de junio de 2025, el Índice del dólar (DXY), que refleja su valor frente a una canasta de monedas, bajó de 108.49 a 97.92, lo que equivale a una depreciación de un 9.7%. Ese índice incluye el euro, el yen, la libra esterlina, el dólar canadiense, la corona sueca y el franco suizo.

En particular, el valor del dólar ha retrocedido, respecto al euro, un 15.2%, al subir la tasa de cambio de 1.0359 dólares a 1.1579 dólares por euro. Con relación a la libra esterlina, el dólar se depreció un 8.6% y, respecto al yen, perdió un 8.8%.

En cuanto al peso dominicano, la tasa de cambio pasó de 61.32 pesos por dólar el 31 de diciembre de 2024 a 59.35 pesos el 11 de junio de este año; esto es, registró una apreciación de un 3.2%. Dicho comportamiento contrasta con lo ocurrido durante el primer trimestre del año, cuando, debido a la expansión de la liquidez nacional, el peso se depreció un 3.4%, y la tasa de cambio se colocó en 63.43 pesos por dólar al 31 de marzo pasado. 

A diferencia de lo que ha estado sucediendo con el dólar, el precio del oro, que es el segundo activo más utilizado como reserva internacional, ha subido un 27.7% en lo que va de año. Los bancos centrales de la India, China y Turquía, entre otros, han aumentado la compra de oro a un ritmo récord para fortalecer el respaldo de su moneda y alejarse del dólar ante el aumento de su prima de riesgo relacionada con la capacidad de Estados Unidos de congelar activos financieros denominados en dólares, como lo hizo con Rusia después de la invasión a Ucrania.

La caída del dólar pudo haber sido mucho peor. Si Trump hubiese destituido al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, para nombrar a una persona partidaria de reducir la tasa de interés de referencia, la depreciación hubiese sido más acentuada. 

Hasta ahora, la fortaleza institucional que garantiza la independencia del banco central estadounidense ha prevalecido. No obstante, la negativa de Powell a acatar la solicitud de la Casa Blanca de recortar la tasa de interés de referencia en 100 puntos básicos, que implicaría una inyección de liquidez, llevó al presidente de los Estados Unidos a declarar hace unos días que “quizás tenga que forzar algo.” 

La creciente presión de Trump se produce justo antes de la próxima reunión de política monetaria, programada para los días 17 y 18 de junio. Sin embargo, el mercado sigue anticipando con alta probabilidad que la tasa de interés se mantendrá en el rango del 4.25% al 4.5%. Lo que sí puede provocar el ataque presidencial contra la Reserva Federal es que se mantenga el divorcio entre la tasa de rendimiento de las Notas del Tesoro y el ritmo de depreciación del dólar. Desde el anuncio de los aranceles recíprocos, a inicios de abril, se observa que, aun cuando se ha registrado un incremento del retorno de los instrumentos financieros estadounidenses, el dólar ha continuado perdiendo valor.  

La historia enseña que, tal como sucedió con el dólar español o la libra esterlina, las potencias emergentes aspiran a que sus monedas se conviertan en las divisas dominantes. China, que ha alcanzado una extraordinaria posición en el ámbito económico y militar, ha reducido su dependencia del dólar, pero no ha logrado que su moneda, el renminbi, genere la confianza necesaria para reemplazar al dólar en los próximos años. Por su parte, el euro funciona como un excelente complemento del dólar para diversificar riesgos financieros, pero no se percibe como su sustituto. Si el yen japonés no logró ser la moneda hegemónica durante su esplendor alcanzado en los años ochenta, menos lo hará en la coyuntura actual. En cuanto al bitcoin, muy utilizado para transacciones ilegales, es un activo financiero altamente volátil que no cumple con las funciones básicas del dinero y cuyo valor fundamental se encuentra cercano a cero, aun cuando el precio de mercado sea superior a los cien mil dólares. 

En definitiva, se puede afirmar que el dólar estadounidense se mantendrá como la moneda dominante en un mundo globalizado. En ese contexto, las actuales columnas de Hércules seguirán firmes. En los próximos años, Trump tendrá la oportunidad de fortalecer o debilitar el dólar, pero es poco probable que lo destruya.  

lunes, 9 de junio de 2025

Los consejos de Gita

[Frente al Statu Quo. Publicado en Diario Libre el 9 de junio de 2025.]

El impacto perjudicial de la política arancelaria de Donald Trump no se ha manifestado todavía en los Estados Unidos. La tasa de desocupación de mayo se mantuvo en un 4.2%, nivel considerado cercano al pleno empleo. En dicho mes se crearon 139 mil puestos de trabajo y la tasa de inflación, medida por la variación relativa del Índice de Precios de Gastos de Consumo Personal, se colocó en abril en un 2.1%, muy cerca de la meta de inflación del 2%. 

A pesar de ese aparente buen desempeño económico, los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI) son negativos. Gita Gopinath, primera subdirectora gerente de dicha institución, indicó recientemente en una presentación realizada en el banco central de Turquía que los altos aranceles reducirán la tasa de crecimiento mundial en, por lo menos, medio punto porcentual y que, en algunos países, como Estados Unidos, podría aumentar de manera significativa la tasa de inflación. 

La incertidumbre de la política comercial estadounidense y los posibles escenarios de variación de precios han llevado a la Reserva Federal, encabezada por Jerome Powell, a mantener por más tiempo una postura monetaria restrictiva. Se prevé que la tasa de interés de referencia seguirá inalterada hasta la reunión de septiembre. La doctora Gopinath, quien fue profesora en el Departamento de Economía de la Universidad de Harvard, advierte que las condiciones financieras restrictivas podrían afectar de manera desfavorable los flujos de capitales que se dirigen hacia las economías emergentes.

Según Gopinath, la transmisión de la política monetaria de los países emergentes depende de las condiciones financieras externas, relacionadas con la política monetaria estadounidense y con el acceso al financiamiento del mercado de capitales a través de la colocación de bonos soberanos. De esto se desprende que, a diferencia de lo que ocurre en las economías avanzadas, la influencia de la tasa de interés de referencia de los bancos centrales nacionales en las tasas de mercado es débil, en particular cuando se ejecuta una política monetaria sin consistencia temporal. 

En la República Dominicana se confirma ese análisis. Entre mayo de 2023 y enero de 2025, el Banco Central inyectó una masiva cantidad de liquidez y redujo la tasa de interés de política monetaria en 275 puntos básicos, hasta llevarla al 5.75%; sin embargo, la tasa pasiva, que se movía casi a la par con la tasa de referencia, solo bajó 81 puntos básicos y la tasa activa apenas disminuyó 69 puntos básicos. Esa anomalía monetaria se explica porque en dicho período la Reserva Federal solo redujo su tasa de interés de referencia en 75 puntos básicos y quedó en el rango que va del 4.25% al 4.5%, un nivel considerado restrictivo. Esto demuestra que la política monetaria de Estados Unidos es un determinante fundamental de las tasas de interés del mercado financiero dominicano y, por tanto, del ritmo de crecimiento del producto interno bruto (PIB). 

Gita Gopinath también señaló que la política monetaria de las economías emergentes tiene menor capacidad de mantener ancladas las expectativas de inflación. De sus palabras se desprende que, para fortalecer la confianza de los agentes económicos, es importante que no haya interferencias políticas en las decisiones del banco central y mucho menos dominancia fiscal, a fin de evitar un financiamiento del déficit del sector público a través de emisión monetaria, ya sea de forma directa o indirecta, en el presente o en el futuro. Para ella es esencial que los bancos centrales respondan con rapidez y firmeza ante los riesgos inflacionarios provenientes del exterior y eviten que la variación de precios se incruste en las expectativas, mediante mecanismos de indexación que acentúen la persistencia de la inflación.   

Es importante destacar que el Banco Central de la República Dominicana ha logrado preservar el anclaje de las expectativas de inflación. Una parte de ese resultado se explica por el subsidio de los precios de los combustibles y de la tarifa eléctrica. Esa decisión del Gobierno dominicano mitigó el impacto de la inflación importada sobre los precios y facilitó que las autoridades monetarias pudiesen mantener la expectativa de inflación cerca del 4%, lo que favoreció que la inflación bajara desde un máximo de un 9.64% en abril de 2022 y se moviera dentro del rango meta en los últimos 24 meses. 

Con relación al impacto de la tasa de cambio en la estabilidad de precios y financiera, la subdirectora gerente de FMI sostiene que, a pesar de que en muchas economías emergentes el efecto de las variaciones cambiarias sobre la inflación ha disminuido, sigue siendo significativo en comparación con lo que ocurre en las economías avanzadas. Se estima que, en los países en desarrollo, por cada 1% de depreciación de la moneda nacional respecto al dólar, los precios suben un 0.2%. 

Gopinath aconseja que la intervención en el mercado cambiario se lleve a cabo con cautela y solo cuando sea realmente necesario, como en situaciones de salida abrupta de capitales o de ataques especulativos contra la moneda. Esto significa que no se debe intervenir con el objetivo de reducir los movimientos cambiarios normales o de apreciar la tasa de cambio hasta un nivel que puede ser positivo para los importadores y consumidores, pero resulta insostenible en el largo plazo.  

La adopción de un esquema de metas de inflación en la República Dominicana en 2012 ha reducido el efecto de transmisión del tipo de cambio a los precios, al ser ese marco un apoyo del anclaje de las expectativas de inflación, lo que reduce la inercia inflacionaria. No obstante, las autoridades dominicanas podrían fortalecer dicho esquema mediante una comunicación más transparente y efectiva de sus decisiones de política monetaria. 

Finalmente, para asegurar el buen funcionamiento del marco de metas de inflación es imprescindible evitar la adopción de medidas monetarias zigzagueantes, subóptimas e inconsistentes, ya que generan una volatilidad e incertidumbre que podrían elevar el efecto traspaso de la depreciación cambiaria y de las perturbaciones a los precios. Una buena ejecución de la política monetaria fortalecería el proceso de asignación de los recursos productivos y propiciaría un entorno adecuado para enfrentar con éxito los choques externos y mantener un elevado ritmo de crecimiento económico.

jueves, 5 de junio de 2025

Trump versus Musk

[Escrito el 5 de junio de 2025] 

La semana pasada comenté sobre la salida de Elon Musk, el hombre más rico del mundo, de la administración de Donald Trump. Afirmé que a pesar de que Trump había declarado que Musk había realizado un trabajo fantástico, no todo era color de rosas entre ambos. 

Hace unos días, el dueño de Tesla y de X, criticó la reforma fiscal de Trump, debido a que considera que es una ley que incrementa masivamente el déficit público y, en consecuencia, acelera el endeudamiento. 

Hoy la situación entre ambos se complicó más, al intercambiarse insultos por las redes sociales. 

Trump declaró que estaba decepcionado con Musk por sus críticas a su reforma fiscal e indicó que este sufría del “síndrome de desquiciamiento de Trump.” Además, indicó que la frustración de Musk se debe a la que la legislación tributaria aprobada por la Cámara de Representantes eliminaría los créditos tributarios a los carros eléctricos. 

Musk, quien invirtió una suma millonaria a favor de la candidatura de Trump, respondió que el presidente de los Estados Unidos era un desagradecido y que no estaría sentado en la Oficina Oval sin su apoyo. 

Trump escribió que la forma más fácil de ahorrar billones y billones de dólares de dólares en el presupuesto de Estados Unidos es mediante la terminación de los subsidios y contratos gubernamentales que favorecen a Musk. 

Musk respondió que, ante la afirmación del presidente de cancelar los contratos del gobierno, SpaceX comenzaría a desmantelar de inmediato su nave espacial Dragón. 

Elon Musk subió la intensidad en la tarde, al escribir en su cuenta de X, que Trump está en los archivos de Epstein y que, por ese motivo, no se habían publicado. Justo después retuiteó un video de Trump y Epstein conversando de forma animada en una fiesta en 1992. 

Por el bien de los mercados, de la economía estadounidense y del buen funcionamiento del gobierno, lo mejor es que alguien interceda y ayude a detener el escalamiento del conflicto entre esos dos antiguos amigos. Mientras eso ocurre, el precio de la acción de Tesla cayó hoy un 14%.

miércoles, 4 de junio de 2025

Alemania suelta lastre

[Escrito el 4 de junio de 2025]

Alemania es la principal economía de Europa. En la actualidad pasa por un período de estancamiento de sus principales actividades productivas, lo que se ha manifestado en tasas de variación del producto interno bruto cercanas a cero. Ante esa situación, la administración Merz ha decidido adoptar un conjunto de medidas económicas que estimulen la inversión privada, el empleo y la competitividad. 

El ministro de Finanzas Lars Klingbeil anunció incentivos tributarios cuyo costo se estima ascenderá a 46 mil millones de euros hacia el año 2029, pero se prevé que los beneficios para los alemanes serán mucho mayores.   

El Financial Times hizo un recuento de las principales medidas, las cuales guardan un estrecho parecido a las que propuse al inicio de semana para la República Dominicana. 

En Alemania, para reducir el costo de la inversión, las autoridades aprobarán que desde 2025 y hasta 2027, las empresas puedan deducir anualmente el 30% del costo de las nuevas maquinarias y equipos de sus obligaciones impositivas. 

Para estimular la compra de vehículos eléctricos se permitirá a las empresas depreciar durante el primer año el 75% del precio de compra. 

También se introducirán nuevos incentivos tributarios para promover la investigación y desarrollo, que es clave para el crecimiento económico sostenido. 

Por otro lado, se aprobará una reducción de cinco puntos porcentuales en la tasa del impuesto sobre la renta. Específicamente, desde 2028, la tasa de impuesto sobre la renta de las personas jurídicas, que sumados el impuesto nacional y el municipal se sitúa en un 29%, comenzará a reducirse anualmente un punto porcentual hasta colocarse en el 24%. 

Además, se realizará un recorte de la burocracia y se agilizará la administración pública para facilitar la inversión privada. 

El estímulo al sector privado será acompañado con un plan de gasto público financiado con deuda superior al millón de millones de euros. Ese gasto se concentrará en la modernización de las infraestructuras y en el fortalecimiento de su poder militar.

lunes, 2 de junio de 2025

Hay que botar lastre

[Frente al Statu Quo. Publicado en Diario Libre el 2 de junio de 2025.]

La economía dominicana es muy resiliente. Ante crisis diversas, locales o internacionales, ha logrado resistir y recuperar el ritmo de crecimiento necesario que ha evitado un deterioro significativo de las condiciones de vida de la población. Durante las últimas tres décadas, el producto interno bruto (PIB) ha crecido en términos reales a un ritmo promedio de un 5%, factor clave en el aumento del ingreso per cápita y la reducción de los niveles de pobreza.  

Las reformas estructurales implementadas a lo largo de los años noventa y la estabilidad macroeconómica han incentivado la inversión privada y la creación de empleo, lo cual ha contribuido al crecimiento sostenido del PIB. No obstante, el desempeño económico del país pudo haber sido mejor si, posteriormente, se hubiesen llevado a cabo reformas complementarias orientadas a modernizar el sistema educativo, fomentar la innovación y el progreso tecnológico, flexibilizar el segmento formal del mercado de trabajo, incrementar el grado de competencia, promover el acceso al capital de largo plazo, agilizar la obtención de permisos para emprender negocios, simplificar el sistema tributario, disminuir la evasión impositiva, mejorar la calidad e impacto del gasto público, reducir la deuda del sector público consolidado y ampliar las infraestructuras. 

Desde el primer trimestre de 2020, la economía dominicana ha hecho frente a muchos desafíos. El Banco Central, junto con el Gobierno dominicano, ha combatido los efectos económicos adversos provocados por la pandemia del covid-19, ha enfrentado el empuje recesivo e inflacionario de los elevados precios internacionales de los combustibles y ha tenido que manejarse con mucha cautela frente a las altas tasas de interés derivadas de la postura restrictiva de la Reserva Federal. Esas situaciones llevaron al Banco Central a aplicar una política monetaria zigzagueante y claramente subóptima, que ha elevado tanto la volatilidad cambiaria como la variabilidad de la expansión del PIB. 

La coyuntura internacional, caracterizada por altas tasas de interés, se agrava por la incertidumbre provocada por la política arancelaria del presidente Trump, que ha reducido la tasa de crecimiento global. El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que en 2025 la economía de Estados Unidos se expandirá medio punto porcentual por debajo de lo previsto en enero y la sitúa en un 1.8%, mientras que prevé que la eurozona lo haga apenas un 0.8%. 

En la República Dominicana se observa una desaceleración del ritmo de crecimiento económico. Según estimaciones del Banco Central, el Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) registró una variación interanual de un 1.7% el mes pasado, lo que colocó la expansión del primer cuatrimestre en el 2.5%. A inicios de año, el FMI, el Gobierno dominicano y el Banco Central proyectaron que la tasa de crecimiento del PIB se colocaría entre un 4% y un 4.5%, pero la semana pasada, ante el comportamiento de los primeros cuatro meses, el Banco Central corrigió a la baja su proyección y la situó en el rango del 3.5% al 4%. Para alcanzar el límite inferior de dicho rango, el IMAE tendría que crecer a un ritmo promedio interanual de un 4% entre mayo y diciembre de 2025. 

Al descomponer los datos por sectores productivos, se percibe que ese objetivo será difícil de alcanzar. La actividad de la construcción, la de mayor peso en la economía nacional, arrojó una variación promedio de un -2.3% en los primeros cuatro meses. Ese comportamiento refleja el impacto de las altas tasas de interés reales que prevalecen en el mercado financiero dominicano, condicionadas por la política monetaria restrictiva aplicada por la Reserva Federal. Se prevé que Jerome Powell, presidente del banco central de Estados Unidos, mantenga inalterada por lo menos hasta septiembre su tasa de interés de referencia. 

Si el Banco Central de la República Dominicana se arriesga y decide adoptar nuevas medidas de liquidez rápida a tasas de interés subsidiadas a favor del sector de la construcción, o de la economía en general, es probable que la tasa de cambio, que la semana pasada se mantuvo alrededor de 59.35 pesos por dólar, experimente un incremento de su ritmo de depreciación y mayor volatilidad en los próximos meses, lo que llevaría a las autoridades a intervenir en el mercado cambiario. Ese resultado, derivado de la aplicación de medidas monetarias inconsistentes con el esquema de metas de inflación y difíciles de desmontar, mantendría elevadas las tasas de interés de mercado, impactaría negativamente las decisiones de inversión y reduciría la eficacia del impulso monetario. 

La actividad de hoteles, bares y restaurantes registró en el primer cuatrimestre un crecimiento promedio de un 2.9%. Dicha variación contrasta con la expansión promedio de los dos años previos, superior al 10%. La turbulencia provocada por la política comercial y las medidas migratorias de Trump han reducido la llegada de visitantes extranjeros al país. 

El comercio y la manufactura, componentes significativos del PIB, arrojaron tasas de variación acumulada del 3.6% y el 1.5%, respectivamente. Si esas actividades, junto a la construcción y el turismo, continúan creciendo por debajo del ritmo potencial del 5%, es poco probable que se pueda alcanzar el nuevo rango de crecimiento proyectado por el Banco Central. Visto el comportamiento del primer cuatrimestre, es más factible que la variación del PIB se sitúe entre el 2.5% y el 3%. 

En conclusión, en vez de continuar con una política monetaria zigzagueante, sería más eficiente botar lastre para mejorar el ritmo de crecimiento en el corto plazo. Las autoridades, además de incrementar la inversión pública, deben adoptar medidas que estimulen tanto la inversión privada como la demanda externa de bienes y servicios. Entre esas acciones destacan:  promover la entrada libre de impuestos de capitales depositados en el exterior; eliminar el gravamen del 10% sobre los intereses; revisar la normativa bancaria para facilitar los préstamos a los sectores productivos; autorizar los permisos de los proyectos de inversión en curso; aumentar la tasa de depreciación como gasto permitido dentro del Impuesto sobre la Renta para nuevas inversiones; evitar la adopción de medidas laborales que constituyan un choque de oferta negativo; y  facilitar las exportaciones hacia Haití, Centroamérica y el Caribe.