[Escrito el 17 de octubre de 2024]
Las vistas públicas sobre el proyecto de Ley de Modernización Fiscal han comenzado. Como era previsible, todos los participantes criticaron la reforma tributaria y exigieron el recorte del gasto público.
Se criticó la ampliación de la base del ITBIS. Se acusó a las autoridades de querer destruir a la clase media con la aplicación de impuestos a productos alimenticios esenciales, entre ellos, el agua, la pica-pica, la papa y las habichuelas.
La población exige el recorte del gasto público. Que cierren las instituciones que poco aportan al bienestar. La fusión de ministerios va por ese camino. Pero no es suficiente. Hay que cerrar otras instituciones gubernamentales. Los ministerios de la Mujer y de la Juventud son buenos candidatos. Se solicita la reducción de la nómina pública, el despido de cien mil personas puede ser el primer paso para colocar en los niveles prepandémicos.
El gasto en publicidad debe ser eliminado.
Se exige la disminución del gasto corriente asociado a los funcionarios públicos. Que no coman filetes, camarones, langostas y otras delicias. Sus automóviles deben ser económicos, se acabaron las yipetas y carros lujosos. Que viajen en económica, si quieren algo mejor que se lo paguen ellos mismos.
Los aportes a los partidos políticos deben ser eliminados. El que quiera ser candidato que se financie con sus propios recursos, no del bolsillo de los contribuyentes.
Por otra parte, hay que disminuir las transferencias corrientes. La mayor de ellas, que representa alrededor del 40% del déficit del gobierno central, es la que se origina por el déficit del sector eléctrico que ronda los 1,600 millones de dólares. Es preciso hacer que la gente pague la electricidad y quien no la pague que no la reciba; que aguante apagones. También se deben eliminar las transferencias por concepto de subsidio a los combustibles, lo cual permitirá que el gobierno se ahorre anualmente decenas de miles de millones de pesos.
Para cerrar el déficit del gobierno central, hay que seguir el recorte de gastos hasta alcanzar un ahorro de 240 mil millones de pesos. La tarea es difícil, pero ojalá se pueda lograr sin que se deteriore la cantidad y calidad del gasto público, entre otros, salud, educación, seguridad ciudadana, transporte público y viviendas populares
¡Excepcional! Muy buena publicación. Espero que tengas muchos apoyos.
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