[Escrito el 10 de noviembre de 2022]
Por varios meses la publicación de la inflación sorprendía de mala manera
a los agentes económicos. Con el cambio de postura monetaria de una expansiva a una más neutral, los agentes económicos tenían la expectativa de que la tasa de
inflación - se redujese cada mes. De manera terca, esa variable mantenía su nivel
o bajaba muy poco.
Hoy se conoció el dato de la inflación interanual a octubre, 7.7%, mostrando
una baja notable con relación al 8.2% de septiembre y el 9.1% de junio. La
variación porcentual del índice de precios al consumidor con relación al mes
anterior fue de 0.4%, equivalente a un 5% anual.
La tasa de inflación subyacente, la que excluye combustibles y
alimentos, se situó en 6.3%, 0.3 puntos porcentuales por debajo de la
interanual a septiembre (6.6%), que fue la más alta desde agosto de 1982.
Los mercados bursátiles reaccionaron positivamente, pues la disminución
de la tasa de inflación se percibe como suficiente para que la Reserva Federal
comience a desacelerar los ajustes que ha estado realizando a la tasa de
interés de referencia. El Dow se incrementó en 1,201 puntos, equivalente a
3.7%; el S&P 500 avanzó en 5.5%; y el Nasdaq aumentó 7.4%. Un buen respiro para
el golpeado portafolio de los inversionistas en acciones.
Con relación al futuro de la política monetaria en los Estados Unidos, les
diré que en las últimas cuatro reuniones de la Reserva Federal se ha
incrementado en 75 puntos básicos la tasa de interés de política monetaria. Se
prevé, con una probabilidad de 85%, que en la reunión de diciembre el aumento
sea de 50 puntos básicos, cerrando el año la tasa de interés de referencia en un
nivel que se colocaría entre 4.25% y 4.5%.
Debo señalar que, a pesar de ese buen resultado de la inflación, la Reserva
Federal seguirá elevando la tasa de interés en 2023, pues se considera que el
mercado laboral se encuentra todavía muy apretado. De hecho, el aumento de los
salarios está muy por encima de la tasa de inflación meta del 2%. Por esa razón
y otras más, las autoridades monetarias estadounidenses señalaron la semana
pasada que es muy probable que el pico de la tasa de interés se sitúe por
encima del 5%. Ese mensaje lo envían para que las expectativas de inflación de
largo plazo se mantengan ancladas cerca de la meta del 2% y que las de corto
plazo, que están en el entorno del 5%, comiencen a bajar.
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