[Escrito el 4 de julio de 2022]
Los movimientos de precios son el resultado de la diferencia entre oferta y demanda. Cuando la oferta de un determinado producto se coloca por debajo de la demanda se registra un aumento de precios. Si esos incrementos de precios abarcan una gran cantidad de bienes y servicios se registra un aumento de la tasa de inflación, que es la variación porcentual del índice de precios al consumidor.
Para controlar la inflación se requiere que aumente la oferta o que
disminuya la demanda. Cuando los bancos centrales ejecutan una política
monetaria restrictiva, que se manifiesta en el aumento de la tasa de interés de
referencia, se reduce la demanda agregada de bienes y servicios, en particular
el consumo y la inversión, así como la disponibilidad de recursos que utilizan
los especuladores para invertir en contratos a futuro de bienes básicos. Esa
política disminuye la inflación.
En el caso de los Estados Unidos, los datos comienzan a revelar un
enfriamiento del consumo y de menor precio de bienes básicos, lo cual es una
señal positiva con relación al control de la inflación. Para la República
Dominicana eso es también positivo, pues alrededor de la mitad de la inflación se
explica por la inflación importada. Esto, unido al cambio de la postura
monetaria del Banco Central hacia una más restrictiva, se traducirá en una
menor tasa de inflación en el país.
Por el lado de la oferta, también se podrían adoptar medidas para
reducir la inflación. Tómese el caso de los combustibles. El precio internacional
del petróleo oscilaba entre 55 y 60 dólares por barril antes de la pandemia del
covid-19 y en semanas recientes se colocó en 120 dólares. Dada la
extraordinaria capacidad de producción de petróleo de los Estados Unidos se
pudiera aumentar la oferta y reducir los precios a niveles prepandémicos. Un
compromiso con los productores de petróleo sobre la extensión temporal de su
viabilidad económica puede ayudar a que aumenten su producción en el corto
plazo. El presidente Joe Biden pudiese lograr esa expansión de la producción si
envía un mensaje claro y positivo a sus productores de petróleo. Algo similar
se pudiese lograr con los productores de gas natural, lo cual permitiría
sustituir buena parte del combustible que suple Rusia a Europa. La disponibilidad
de bienes alimenticios básicos, como maíz, trigo, soya, aceite vegetal, entre
otros, pudiese también mejorar con un amplio programa de inversiones que
estimule su oferta.
En resumen, políticas que promuevan el crecimiento de la oferta minimizarían el costo que, en términos de crecimiento económico y empleo, habría que pagar por el control de la inflación. Esa lección permite recomendar al gobierno del presidente Abinader que siga incentivando y apoyando a los sectores económicos para que estos aumenten su productividad, reduzcan sus costos y aumenten su oferta. Ese resultado ayudaría al Banco Central en la lucha contra la inflación doméstica.
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