[Escrito el 3 de noviembre de 2021]
Enfrentar exitosamente la delincuencia es uno de los grandes retos del
presidente Luis Abinader. El nombramiento del general Eduardo Alberto Then como
director de la Policía Nacional, oficial reconocido por su alta eficiencia y
capacidad de trabajo, es un mensaje que muestra el compromiso presidencial con
la adopción de medidas efectivas que reduzcan la delincuencia.
En ese contexto, aprovecho para señalar que hoy leí un interesante estudio
publicado en la revista científica American Economic Journal (Applied
Economics), cuyo contenido puede ayudar a las autoridades encargadas de la
tranquilidad de nuestras calles. Ese estudio, titulado “Los efectos de las bases
de datos de ADN en la disuasión y detección de delincuentes,” fue elaborado por
dos profesores de Dinamarca y una de los Estados Unidos, Anne Tegner, Rasmus
Landersø y Jennifer Doleac.
En ese interesante trabajo, fundamentado en registros de datos de
Dinamarca, presentan evidencia empírica que permite demostrar que la
disponibilidad de información genética, o ADN, de las personas en una base de
datos disuade el crimen, pues incrementa la percepción de que si comete alguna
acción delictiva será capturada. En otras palabras, saber que en una base de
datos se tiene la información sobre su ADN tiene el mismo efecto sobre las
personas que saber que una cámara lo está vigilando.
Los resultados del estudio son muy interesantes. El registro del ADN
reduce la reincidencia de las actividades delictivas de esa persona durante el
próximo año en un 42%. Además, ese registro aumenta la probabilidad de que se
pueda identificar a los delincuentes en caso de que reincidan, lo cual permite
estimar la elasticidad o reacción del crimen con relación a la probabilidad de
ser detectado. De acuerdo con los autores, el aumento de 1 por ciento de la
probabilidad de ser detectado reduce el crimen en más de 2 por ciento. La investigación
revela algo esperanzador, el registro del ADN aumenta la probabilidad de que
los delincuentes prefieran emplearse, se inscriban en algún curso para mejorar
su nivel educativo y vivan en un entorno familiar más estable.
Para aquellos que no consideran el registro del ADN como un disuasivo
suficientemente poderoso, deben tomar en cuenta que esa información permitiría confirmar
con mucha facilidad si participó o no en un acto delictivo, basándose en el
análisis de ADN provisto por la evidencia tomada en la escena del crimen. Esto
facilitaría muchísimo el trabajo de la Policía Nacional, pues sabría a quién
buscar y someter a la justicia. Las personas no delincuentes estarían felices y
muy agradecidas, pues podrán disfrutar de su ciudad sin miedo alguno.
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