jueves, 17 de octubre de 2024

Un Nobel a la institucionalidad

[Escrito el 14 de octubre de 2024]

El premio Nobel de Economía 2024 fue otorgado hoy a Daron Acemoglu (MIT), Simon Johnson (MIT) y James Robinson (UChicago) por sus trabajos, teóricos y empíricos, sobre la formación e impacto de las instituciones en la prosperidad de las naciones y la desigualdad económica global. A partir de un ensayo escrito en 2001, comenzaron a explicar el por qué algunos países son ricos y otros pobres en base a su pasado colonial y de las instituciones creadas en esa época.

El profesor Douglas North, premio Nobel de Economía en 1993, definió de manera brillante el concepto de instituciones y aplicó la teoría económica y los métodos cuantitativos a la historia para entender el cambio económico. De acuerdo con North, las instituciones son restricciones impuestas por los humanos que dan forma a las interacciones políticas, económicas y sociales. Esas restricciones incluyen leyes, regulaciones, entidades que las implementan -como el gobierno, el congreso, la justicia-, la cultura y los valores ciudadanos. 

Las instituciones determinan los incentivos a ahorrar, invertir, estudiar, trabajar, innovar y progresar. Asimismo, determinan el ingreso de las personas, la riqueza y su distribución. Por tanto, las instituciones definen el grado de equidad distributiva de la sociedad. 

En el libro “Por qué fracasan los países,” escrito en 2012 por Acemoglu y Robinson, se introducen dos tipos de instituciones que explican las diferencias económicas entre naciones. 

Las instituciones inclusivas son aquellas que “permiten, fomentan y potencian la participación de la mayoría de los individuos en las actividades económicas que aprovechan mejor su talento y habilidades.” Esas instituciones inclusivas promueven la libertad de elección y la competencia, protegen la propiedad, evitan la discriminación, crean oportunidades para la educación y estimulan el progreso tecnológico. Ese es el tipo de instituciones que se necesita para promover la modernización y avance de las sociedades. 

Por otro lado, las instituciones extractivas impactan negativamente sobre la población, pues permiten que la élite o un pequeño grupo de poder extraiga rentas del resto de la sociedad. De acuerdo con Acemoglu, Robinson y Johnson la democracia es el mejor sistema político, pues se compara favorablemente con el socialismo chino, soviético o castrista, así como con otras dictaduras que tienden a establecer instituciones extractivas en perjuicio de la población.  

Las lecciones de los tres recientes galardonados con el Nobel de Economía muestran que un país que desee acelerar su ritmo de crecimiento económico y alcanzar un mayor grado de bienestar necesita instituciones inclusivas. Para esto se requieren reformas estructurales que, obviamente, tendrán como opositores a quienes se aprovechan del statu quo. 


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