[Escrito el 6 de junio de 2024]
Como señalé en el comentario de ayer, el Banco Central Europeo redujo
hoy su tasa de interés en 25 puntos básicos, colocándola en 3.75%. Esa decisión
se tomó a pesar de que la tasa de inflación subió en mayo en 0.2 puntos
porcentuales con relación al mes anterior, situándose en 2.6%.
El recorte de la tasa de interés es el primero en casi cinco años. Cabe
recordar que la última vez que había reducido esa tasa de interés de
referencia, que es la de depósito del Banco Central Europeo, fue en septiembre
de 2019 al pasar de -0.4% a -0.5%. Y a partir de julio de 2022 comenzó a subir
sostenidamente hasta alcanzar el 4%, nivel que se consideraba necesario para
enfrentar el proceso inflacionario provocado por las medidas monetarias y
fiscales adoptadas durante la pandemia del covid-19.
El Banco Central Europeo tomó la decisión de bajar la tasa de interés
aun cuando la tasa de inflación se encuentra muy por encima de la meta de
inflación de 2% porque necesita crear las condiciones para estimular la
economía, que se prevé crezca menos de 1% en 2024. El organismo emisor de euros
le siguió los pasos al Banco Central de Canadá que anunció ayer una reducción
de 25 puntos básicos, colocando su tasa en 4.75%.
El inicio del cambio de la postura monetaria de esos bancos contrasta
con la firme posición de la Reserva Federal, el banco central de Estados
Unidos, de mantener inalterado el rango de su tasa de interés de referencia que
va de 5.25% a 5.5%. Es muy probable que la disminución de la tasa de interés en
la eurozona y en Canadá provoque una depreciación del euro y del dólar
canadiense con relación al dólar estadounidense. Si esas monedas se depreciaran
habría una mayor presión hacia arriba de la tasa de inflación en la eurozona y
en Canadá, lo cual reduciría la probabilidad de nuevos ajustes a la baja de las
tasas de interés de referencia en los próximos meses.
En ese contexto, Christine Lagarde, presidenta del BCE, declaró hoy que
la tasa de inflación estará fluctuando alrededor del nivel actual, de 2.6%, en
lo que queda de año. Por ese motivo
ninguno de los bancos, ni el Banco Central Europeo ni el Banco Central de
Canadá, se han comprometido con una trayectoria de reducción de las tasas de
interés. La decisión final dependerá del comportamiento de la variación de los
salarios y de la tasa de inflación.
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