[Escrito el 18 de abril de 2024]
Una de las preguntas que me hacen regularmente es en cuál instrumento
financiero se debe ahorrar en el extranjero. Por lo general, ese tipo de
pregunta la realiza un agente económico que tiene inversiones en pesos, pero
desea diversificar su portafolio no sólo tomando en consideración una moneda
distinta al peso, sino también evaluando la posibilidad de comprar acciones o
bonos de un emisor extranjero.
La respuesta depende de varios factores. Entre ellos se encuentra la
preferencia por el riesgo que tenga la persona. Por lo general, esa preferencia
o amor por el riesgo se asocia con la edad, las personas de edad más adulta tienen
mayor aversión al riesgo que los más jóvenes.
Las acciones son títulos de renta variable cuyo valor fundamental depende
del flujo de efectivo que pueda generar esa empresa con sus operaciones a lo
largo del tiempo. A mayor valor presente de ese flujo de efectivo, mayor es el
valor de ese instrumento financiero.
Las noticias relacionadas con la empresa que emite la acción pueden
hacer que el mercado proyecte un flujo de efectivo por encima o por debajo del que
realmente puede producir sostenidamente la empresa. Esas noticias pueden llegar
a provocar hasta una manía. Si el mercado proyecta un flujo de efectivo por
encima de lo normal se puede registrar un incremento de la demanda de esa
acción debido a la expectativa de que su precio subirá en el mercado. Y la
mayor demanda se traducirá en un aumento del precio de la acción más allá de lo
que los fundamentos pueden justificar. Ese comportamiento puede desembocar en una
exuberancia irracional, creando una anomalía en el precio del mercado que se denomina
una burbuja. Lamentablemente, tarde o temprano esa burbuja termina por
desinflarse provocando pérdidas de capital al inversionista.
Por otro lado, los bonos son títulos de renta fija que prometen el pago
de un cupón fijo y el capital en fechas acordadas. El precio del bono en el
mercado depende de la tasa cupón y de la tasa de interés de mercado que se
utiliza como tasa de descuento, tomando en consideración el riesgo de crédito
del emisor.
En el caso del mercado de capitales de Estados Unidos se ha registrado
desde mediados de marzo del año pasado un aumento significativo del precio de
las acciones, en particular de las denominadas siete magnificas empresas tecnológicas.
El S&P 500 subió 34% entre marzo de 2023 y finales de marzo de 2024.
Ese crecimiento del precio promedio de las acciones no es sostenible, por eso pienso que debe registrarse en los próximos meses una corrección a la baja. Ante ese posible evento recomiendo que lo ideal es invertir en bonos corporativos o soberanos, tomando en consideración el nivel de riesgo del emisor. Mucha suerte.
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