[Escrito el 16 de noviembre de 2022]
La debacle del negocio de las criptomonedas, una posible recesión
global, mayores tasas de interés, menor liquidez internacional e inflación
persistente son factores que afectan negativamente a la economía global, en
particular a las economías pequeñas y abiertas como la dominicana. Ante ese
escenario, es indispensable que el gobierno dominicano, que tendrá que emitir
en 2023 deuda pública por el equivalente de 6,600 millones de dólares, cuide la
imagen de su crédito público para que pueda tener acceso a los mercados de
capitales a la menor tasa de interés posible.
El deterioro de las finanzas del sector eléctrico, específicamente el de
las empresas distribuidoras de electricidad, es el principal problema que tiene
la hacienda pública. En términos de GWh, el porcentaje de energía comprada y no
cobrada se colocó en el período enero-agosto de este año en 39%, diez puntos
porcentuales por encima del nivel de pérdidas registrado antes de la pandemia.
Esto revela que, aun cuando el precio medio de compra de energía no hubiese
subido, las pérdidas de esas empresas se hubiesen incrementado
significativamente debido a que no se han realizado las inversiones en los
equipos que se requieren para facturar y cobrar la energía eléctrica
suministrada.
Al mes de agosto, el déficit de caja de las EDE se colocó en 915
millones de dólares. De acuerdo con el informe del Ministerio de Energía y
Minas, esa cifra se descompone en un déficit operacional de 834 millones de
dólares y gastos por inversiones por 81 millones de dólares. En base al
comportamiento de los precios de los combustibles y del porcentaje de pérdidas
físicas, entre otras variables, se puede proyectar que el déficit de esas
empresas distribuidoras de electricidad se colocará este año entre 1,500 y
1,600 millones de dólares.
Lo grave es lo que viene en 2023. Ese año habrá generadores de
electricidad que tendrán que sustituir el gas natural por diesel. La tardanza
de las autoridades en firmar contratos de compra-venta de energía impidió que
esos generadores, cuyos contratos de largo plazo de gas natural a precios muy
competitivos vencen en marzo de 2023, pudiesen renovar esos contratos
oportunamente. Por ese motivo, el año que viene una parte significativa de la
energía eléctrica, que entre enero y agosto de este año se produjo con gas
natural a un precio promedio de 5.9 dólares por millón de BTU, tenga que ser
producida con diesel, que este año tuvo un precio promedio de 25.4 dólares por
millón de BTU; esto es, cuatro veces más costoso.
El mayor precio medio de compra de la energía eléctrica, unido al
deterioro de la capacidad de facturación y cobranza de las EDE, lleva a
pronosticar que en 2023 el déficit del sector eléctrico pudiese llegar al
entorno de los 2 mil millones de dólares. Un resultado muy negativo para la
imagen del crédito público nacional.
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