[Escrito el 12 de abril de 2022]
La tasa de inflación de los Estados Unidos, cuantificada como la
variación relativa del índice de precios al consumidor, sigue incrementándose.
Hoy se publicó que al mes de marzo se colocó en términos interanuales en 8.5%,
la mayor tasa de inflación desde diciembre de 1981.
Ese aumento de precios es el resultado de una combinación de factores.
La disrupción de la cadena de suministros provocada por la pandemia del
covid-19 y la invasión de Rusia a Ucrania se han traducido en fuertes aumentos
de precios de los combustibles y de los alimentos, empujando los precios hacia
arriba de manera exógena. Asimismo, políticas fiscales y monetarias expansivas,
ejecutadas para apoyar la demanda agregada durante la fase más crítica de la
pandemia del covid-19, crearon un desequilibrio entre la oferta y demanda de
bienes que ha estado presionando al alza la tasa de inflación de manera
endógena.
En los últimos 12 meses, el precio de la gasolina en los Estados Unidos
se incrementó en 48%; el precio de los vehículos usados aumentó 35.3%; el
precio de la energía avanzó 32%; el costo de la electricidad subió 11.1%; y el
precio de los alimentos se incrementó en 8.8%.
Ante la noticia del aumento de la tasa de inflación, los mercados
bursátiles reaccionaron a la baja. El Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq
retrocedieron en promedio 0.3%. Por su parte, la tasa de rendimiento de los
títulos del Tesoro a 10 años se colocó en el entorno de 2.8%; casi 120 puntos
básicos por encima del nivel registrado al inicio de 2022.
Lael Brainard, la próxima vicepresidente de la Reserva Federal, declaró
al Wall Street Journal esta mañana que “la inflación es demasiado alta, y
reducirla será nuestra tarea más importante.” Y señaló que el banco central
estadounidense aumentará de forma rápida la tasa de interés para reducir la
inflación galopante, pero sin provocar una recesión económica.
Es altamente probable que en la próxima reunión del Comité Federal de
Mercado Abierto se incremente en 50 puntos básicos la tasa de interés de
política monetaria; es decir, 25 puntos básicos por encima del ajuste que se anunció
en marzo. Además, es casi seguro que se informe en mayo el plan que iniciará la
venta gradual de bonos que tiene en posesión la Reserva Federal, que asciende a
9 millones de millones de dólares, lo cual provocará una reducción de la liquidez
y un aumento adicional de la tasa de interés. Se prevé que esa política
monetaria restrictiva, unida a la mejora de la cadena de suministro, reduzca la
tasa de inflación en los Estados Unidos hacia finales de este año.
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