[Escrito el 17 de marzo de 2022]
La Reserva Federal anunció ayer el primer incremento de la tasa de
interés de política monetaria desde 2018. Un cuarto de punto porcentual fue la
variación anunciada por Jerome Powell, presidente de la Reserva y responsable
de recuperar el control de la inflación. La nueva tasa quedará, de manera
transitoria, en el rango que va de 0.25% a 0.5%. Digo de manera transitoria
porque las autoridades monetarias estadounidenses informaron que, antes de
finalizar el año, se habrían realizado seis alzas adicionales hasta llevar esa
tasa a 1.875%.
Por su parte, hoy el Banco de Inglaterra volvió a incrementar su tasa de
interés de política. Es la tercera vez que la aumenta, dejando claro que su
prioridad es la lucha contra la inflación, que se colocó en enero pasado en el
mayor nivel desde hace tres décadas. De hecho, se estima que hacia mediados de
año la tasa de inflación superaría el 8%. Ese banco central, encabezado por su
gobernador Andrew Bailey, la incrementó también en un cuarto de punto
porcentual, llevando la tasa de referencia a 0.75%. Y se prevé que continuará
ajustándola hacia arriba en las próximas reuniones de política.
El efecto sobre las tasas activas y pasivas del incremento de la tasa de
referencia es inmediato. En el caso de los Estados Unidos, se informó que la
tasa de interés promedio de los préstamos hipotecarios a 30 años en los Estados
Unidos subió hoy a 4% el nivel más alto desde mayo 2019. Cabe destacar que esa
tasa se mantuvo por debajo del 3% durante el año pasado, registrando un nivel
mínimo en enero de 2021 al colocarse en 2.65%. Ese impacto sobre las tasas activas,
que se aplican sobre los préstamos, es necesario para quitarle fuerza a la
presión que ejerce la demanda agregada y los ajustes salariales sobre la tasa
de inflación.
El aumento de las tasas de interés reducirá el ritmo de crecimiento de
la economía. El Banco de Inglaterra estima que ese ajuste hacia la baja en el
crecimiento será más acentuado en aquellos países que son importadores netos de
combustibles, como son los casos del Reino Unido y, añado, de la República
Dominicana. La meta debe ser realizar el ajuste de tasas de interés y reducir
la inflación, pero sin deteriorar excesivamente el mercado de trabajo; es
decir, sin destruir muchos empleos. Lograr esa meta es un reto enorme.
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