[Escrito el 9 de febrero de 2022]
El Banco Central de la República Dominicana publicó un interesante
documento donde explica el proceso de normalización monetaria, que incluye el
aumento de la tasa de interés, y deja claro que el principal objetivo es la
reducción de la tasa de inflación.
Cabe recordar que las autoridades monetarias, encabezadas por el
gobernador Héctor Valdez, ejecutaron un oportuno programa de estímulo desde
marzo de 2020 para minimizar el impacto recesivo de las medidas tomadas para
enfrentar la pandemia del covid-19. Ese programa de estímulo monetario, que
incluyó la disminución de la tasa de interés de política, se tradujo en
préstamos a casi 100 mil agentes económicos a tasas de interés históricamente
bajas. Esa liquidez, acompañada por las ayudas sociales, facilitó la
recuperación económica, manifestada en un crecimiento del PIB real en 2021 de
12.3% con relación a 2020 y de 4.7% respecto a 2019.
Algo similar, en mayor o menor magnitud, se ejecutó a nivel
internacional, estimulando la demanda global. Lamentablemente, la presencia de
nuevas variantes del covid-19 limitó el ritmo de recuperación de la oferta de
bienes a nivel mundial, provocando un aumento de la tasa de inflación. El
comportamiento de los precios de los bienes básicos, de los precios de los
combustibles, de los fletes, entre otros, ha generado un proceso de inflación
que ha afectado a países de economía abierta como la dominicana.
Así como el crecimiento del PIB de la República Dominicana está asociado
con la expansión del PIB de los Estados Unidos, la inflación registrada en el
principal socio comercial influye sobre diversos componentes de costos de la
estructura productiva dominicana. La tasa de inflación de 7% observada en los
Estados Unidos en 2021, es un reflejo de variaciones de precios de insumos y
bienes finales que afectan la economía dominicana a través de las importaciones;
en consecuencia, una parte de la inflación de 8.5% que se registró el año
pasado en el país se debe a factores externos, fuera del control de la política
económica nacional.
A través de la tasa de interés de política monetaria, el Banco Central
puede influir directamente, pero con cierto rezago, sobre el componente
doméstico de la tasa de inflación. Cuando el organismo emisor sube la tasa de
interés se reduce la demanda agregada de bienes y servicios, quitándole presión
a la variación de los precios. Esa política monetaria restrictiva también influye
indirectamente sobre el componente importado de la inflación a través de la
estabilidad o apreciación del tipo de cambio. Al mismo tiempo lo hace mediante
la estabilización o presionando hacia la baja los márgenes de intermediación
que se aplican a los bienes importados.
El objetivo de la nueva postura monetaria más restrictiva es hacer que
la inflación converja gradualmente al rango meta del 4±1% durante el horizonte de
política. Esa trayectoria de convergencia sería más rápida y menos dolorosa si
la inflación importada, la explicada por factores relacionados con la oferta
global, también se redujese.
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