[Escrito el 15 de octubre de 2020]
La Central Termoeléctrica Punta Catalina es uno de los negocios más grandes y rentables del país. Su capacidad de generar el 30% de toda la demanda del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) le permite obtener ingresos mensuales en el entorno de los 40 millones de dólares, de los cuales alrededor de 20 millones de dólares son beneficios (EBITDA, por sus siglas en inglés).
Punta Catalina debe ser operada como un negocio
para poder producir esos ingresos y beneficios. Además de darle un mantenimiento
adecuado, con el personal capacitado, se necesita adquirir oportunamente el
carbón, los consumibles (como cal, diesel, aceite, entre otros), los servicios
(como el transporte marítimo o terrestre) y los repuestos necesarios para
operarla eficientemente.
Lamentablemente, la nueva administración de la
CDEEE y de Punta Catalina han tomado medidas que han deteriorado la capacidad
de adquirir de manera sostenida esos bienes y servicios. La decisión de
liquidar la CDEEE y la usurpación de funciones realizada por el Ministro de
Energía ha provocado el rompimiento del flujo de los procesos de compra y de
pago.
Esa nueva administración ha sido incapaz de
realizar algún proceso de compra nuevo. Y ha acumulado cuantiosas deudas con
los suplidores, que no se justifican, dada la extraordinaria capacidad de
generación de ingresos de Punta Catalina.
En la actualidad, los suplidores de cal se
encuentran ahogados financieramente porque la CDEEE no les paga. Uno de ellos ha
agotado totalmente su caja y no tiene más capital de trabajo para comprometer
en cuentas por cobrar a la CDEEE. Y otro tiene una situación tan grave que no
tiene recursos para pagar los impuestos la semana próxima. Y para colmo, las
entidades financieras no quieren descontarle esas facturas por la incertidumbre
que ha provocado la noticia de que la CDEEE será liquidada.
Ante la morosidad de la CDEEE y de Punta
Catalina, la decisión de esos suplidores será la de detener el suministro de su
producto. Si eso ocurre, no me cabe la menor duda de que la Central
Termoeléctrica Punta Catalina tendrá que dejar de operar en muy pocos días.
Dada la importancia que tiene esa empresa para
el sector eléctrico nacional y para las finanzas públicas, le recomiendo al
presidente Abinader que llame hoy mismo al ministro de Energía, Antonio
Almonte, y le ordene hacer los pagos correspondientes a esos y otros suplidores,
antes de que el pueblo dominicano comience a sufrir por el aumento de los
apagones. Ese es mi consejo de hoy.
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