El viernes pasado pronostiqué en mi entrada de blog que pronto se
iniciaría en la República Dominicana un debate sobre la necesidad de
incrementar el gasto público para acelerar el ritmo de crecimiento económico.
En el día de ayer el economista Andrés Dauhajre hijo inició ese
debate. En su artículo semanal que publica en el periódico El Caribe argumentó
que la contracción económica registrada en el primer trimestre se debe al
ajuste fiscal y, específicamente, a la reducción del gasto público.
Según sus números, el gobierno redujo el déficit de
7.5% del PIB en el primer trimestre de
2012 a un 0.4% en el mismo período de 2013. Esto equivale a una disminución de
36,070 millones de pesos, situándose el déficit en 2,158 millones de pesos
durante los meses de enero a marzo de este año. Ese resultado fiscal contrasta
con el déficit de 2.8% del PIB previsto en el Presupuesto del Gobierno Central para
2013.
La reducción del gasto público explica el 62% de la
disminución del déficit y el incremento de las recaudaciones tributarias
explica el 38%.
Estos datos llevan a concluir al doctor Dauhajre que la
desaceleración de la actividad económica registrada en los primeros meses de 2013
se debe a la disminución del gasto público. Y, en consecuencia, recomienda al
gobierno que retome las metas fiscales establecidas en el Presupuesto de este
año.
Un tema que debe ser tomado en consideración es la magnitud
de los multiplicadores fiscales. Y cabe preguntar: ¿Qué es mejor para acelerar
la economía, aumentar el gasto público o reducir los impuestos? Ese es un gran
debate a nivel internacional, en especial en economías con tasas de interés
nominales que se encuentran cerca de cero.
Hace unos días realicé una entrada al blog sobre los impuestos que quiebran negocios, como son, por un lado, el impuesto sobre los activos y, por
otro, el Itbis que usa como base imponible las facturas no cobradas. Es
probable que algunos piensen que, en vez de aumentar el gasto público, sea
mejor, para reactivar la producción y la demanda, eliminar esas figuras tributarias
que perjudican a las empresas y contraen la capacidad de crear empleos en la
República Dominicana.