Frente al Statu Quo
14/11/2011
La crisis económica que afecta a los
países de la zona euro arroja lecciones importantes. Específicamente son
lecciones sobre las consecuencias de políticas económicas que irrespetan las
restricciones presupuestarias intertemporales. El gobierno de Leonel Fernández
debería estudiar esas lecciones.
Primera lección. Una persona o país
no puede gastar por encima de sus ingresos indefinidamente. Los países europeos
que hoy tienen problemas económicos son aquellos que registraron déficit en sus
finanzas públicas por varios años consecutivos y acumularon deudas enormes con
relación al tamaño de sus economías.
Segunda
lección. El pago de la deuda implica una política de austeridad y/o un
incremento de los impuestos. La austeridad es dolorosa, pues significa la
reducción de los gastos públicos: de nómina, de salud, de educación, de
pensiones y de infraestructura, entre otros. El incremento de los impuestos es
también una medicina difícil de tragar, pues reduce el ingreso disponible de la
población.
Tercera
lección. Si no se puede mejorar la posición financiera mediante la disminución
de los gastos o el aumento de los impuestos sería necesario usar el impuesto de
la inflación. Ese impuesto reduciría el valor real de la deuda pública,
mejorando la posición financiera del gobierno, pero depreciaría el valor de la
moneda. En caso de que la economía no posea moneda propia, como sucede con
aquellos países que están en la zona euro, la única forma de usar el impuesto
de la inflación sería abandonando la unión monetaria. Esa decisión provocaría
un grave proceso inflacionario y un acentuado empobrecimiento de la población.
El gobierno de Leonel Fernández ha
creado una bomba de tiempo. En los últimos años ha ejecutado una política de
gasto público que se ha traducido, a pesar de 5 reformas tributarias, en un
déficit promedio anual del gobierno general superior a los 50 mil millones de
pesos. Ese déficit público ha
contribuido a un incremento de las importaciones que ha creado un déficit en la
cuenta corriente de la balanza de pagos de más de 4,500 millones de dólares.
Asimismo, el déficit público ha llevado la deuda del Estado de 9,700 millones
de dólares en 2004 a más de 23,000 millones de dólares en 2011. Nunca antes un
gobierno se había endeudado tanto en tan poco tiempo.
Esos
datos son preocupantes, pues como dice el doctor Raghuram G. Rajan, profesor de
Economía en la Universidad de Chicago, todo crecimiento económico basado en
endeudamiento termina en lágrimas.
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