[Escrito el 31 de octubre de 2025]
Donald Trump y Xi Jinping acordaron realizar una tregua de un año en su guerra comercial. En Corea del Sur, Trump anunció la reducción de 10 puntos porcentuales a la tarifa que le había impuesto a China como penalidad por el tráfico del fentanilo, decisión que situó la tasa arancelaria promedio que gravan los productos chinos en un 47%. Al mismo tiempo, Xi Jinping dejó sin efecto los controles de exportación de minerales de tierras raras.
El citado acuerdo tiene una gran importancia dado que los controles a las exportaciones de tierras raras podrían generar un choque de oferta terriblemente negativo. En la actualidad, China es el principal productor mundial de esos minerales, con una posición dominante tanto en la extracción (69%) como en el procesamiento (90%).
Las tierras raras se utilizan en tecnologías avanzadas -civiles y militares-, energía renovable y productos electrónicos. Además, resultan indispensables para la fabricación de dispositivos físicos que permiten entrenar y ejecutar los modelos de inteligencia artificial (IA). Las unidades de procesamiento, discos duros de alto rendimiento, imanes y sensores para equipos utilizados en la fabricación de semiconductores, radares y drones emplean componentes que contienen tierras raras.
La disrupción del suministro de esos minerales impactaría negativamente sobre la producción, ventas y flujo de efectivo de las empresas vinculadas con tecnologías modernas e inteligencia artificial. Dado que la mayor parte del vertiginoso aumento de los índices bursátiles en los Estados Unidos registrado en años recientes se explica por la burbuja de la inteligencia artificial, un choque de oferta que limite la disponibilidad de tierras raras podría traducirse en una significativa corrección del mercado bursátil que provocaría una masiva destrucción de riqueza financiera y una contracción económica a nivel global.
No hay comentarios:
Publicar un comentario