jueves, 22 de agosto de 2024

La codicia corporativa es la culpable, según Kamala

[Escrito el 20 de agosto de 2024] 

El elevado nivel de precios de los alimentos molesta a los consumidores en cualquier parte del mundo. En Estados Unidos se ha convertido en un tema de la campaña presidencial que enfrenta a la candidata demócrata Kamala Harris con el republicano Donald Trump.

Hace unos días, la vicepresidenta Harris acusó a la industria alimentaria de que su codicia se manifiesta en aumentos excesivos de precios, que acumulan una variación de 27% desde 2019. Para detener esos incrementos de precios señaló que se debe prohibir a nivel federal la especulación o agiotismo, que ella percibe como la causa principal del deterioro del poder de compra de los ingresos de la población.

Expertos sostienen que las medidas de control de precios conducen al fracaso. Y no es para menos. Existe evidencia empírica registrada a lo largo de miles de años que demuestra que la política de control de precios provoca desabastecimiento, crea un mercado negro y eleva todavía más los precios. En consecuencia, esa declaración de Kamala ha sido muy mal recibida y se interpreta como una falta de conocimiento de los principios fundamentales de economía.

Representantes de la industria de alimentos estadounidense afirman que el aumento generalizado de precios de los alimentos se explica por mayores costos. De acuerdo con los productores, sus empresas enfrentan mayores costos de materias primas, servicios y salarios más elevados. Si el margen de beneficios se mantiene constante, la única forma de recuperar los costos más altos es mediante el traspaso a los precios finales. Sin embargo, en caso de que el consumidor reaccione y reduzca la demanda de un determinado producto, la empresa no podría trasladar todo el incremento de costos al precio final y el margen descendería. Esto significa que la mejor forma de reducir la inflación de alimentos es promoviendo la competencia entre los suplidores de esos productos.

Por el contrario, el control de precios que propone la candidata demócrata sólo acentuaría más las alzas de los precios de los alimentos. Lamentablemente, durante la campaña electoral casi todo se permite. Es probable que muchos votantes compren la idea de que el control de precios será positivo, pero en caso de que Kamala gane la presidencia se dará cuenta de que su implementación sería perjudicial y no solo para los consumidores, sino para toda la economía.

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