[Escrito el 20 de agosto de 2024]
El elevado nivel de precios de los alimentos molesta a los consumidores
en cualquier parte del mundo. En Estados Unidos se ha convertido en un tema de
la campaña presidencial que enfrenta a la candidata demócrata Kamala Harris
con el republicano Donald Trump.
Hace unos días, la vicepresidenta
Harris acusó a la industria alimentaria de que su codicia se manifiesta en
aumentos excesivos de precios, que acumulan una variación de 27% desde 2019.
Para detener esos incrementos de precios señaló que se debe prohibir a nivel
federal la especulación o agiotismo, que ella percibe como la causa principal del
deterioro del poder de compra de los ingresos de la población.
Expertos sostienen que las medidas de
control de precios conducen al fracaso. Y no es para menos. Existe evidencia
empírica registrada a lo largo de miles de años que demuestra que la política
de control de precios provoca desabastecimiento, crea un mercado negro y eleva
todavía más los precios. En consecuencia, esa declaración de Kamala ha sido muy
mal recibida y se interpreta como una falta de conocimiento de los principios
fundamentales de economía.
Representantes de la industria de
alimentos estadounidense afirman que el aumento generalizado de precios de los
alimentos se explica por mayores costos. De acuerdo con los productores, sus
empresas enfrentan mayores costos de materias primas, servicios y salarios más
elevados. Si el margen de beneficios se mantiene constante, la única forma de
recuperar los costos más altos es mediante el traspaso a los precios finales. Sin
embargo, en caso de que el consumidor reaccione y reduzca la demanda de un
determinado producto, la empresa no podría trasladar todo el incremento de
costos al precio final y el margen descendería. Esto significa que la mejor
forma de reducir la inflación de alimentos es promoviendo la competencia entre
los suplidores de esos productos.
Por el contrario, el control de
precios que propone la candidata demócrata sólo acentuaría más las alzas de los
precios de los alimentos. Lamentablemente, durante la campaña electoral casi todo
se permite. Es probable que muchos votantes compren la idea de que el control
de precios será positivo, pero en caso de que Kamala gane la presidencia se
dará cuenta de que su implementación sería perjudicial y no solo para los
consumidores, sino para toda la economía.
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