[Escrito el 27 de abril de 2022]
La empresa rusa Gazprom suspendió el suministro de gas natural a Polonia
y a Bulgaria. Esa ruptura del suministro provocó un aumento significativo en el
precio del gas natural en Europa, repercutiendo negativamente sobre los costos
y capacidad de producción de bienes y servicios. En otras palabras, esa
decisión rusa, condenada por la Unión Europea, es un nuevo choque por el lado
de la oferta.
Una de las primeras lecciones que se aprende de los libros de texto de
introducción a la Economía, es que la inflación es el resultado del
desequilibrio entre la oferta y la demanda. Cuando la demanda se coloca por
encima de la oferta, sea por una expansión excesiva de los agregados monetarios
o por un aumento desproporcionado del déficit público, la variación de los
precios aumenta, perjudicando a los consumidores. Asimismo, cuando la oferta se
reduce por debajo de la demanda, por algún choque como el embargo de los
combustibles de 1973, la guerra Irán-Irak de 1980 o la invasión rusa a Ucrania
de 2022, la tasa de inflación sube, alejándose en el corto plazo de la meta del
banco central.
En un interesante artículo, Greg Ip, comentarista económico en jefe del
Wall Street Journal, resaltó hoy el impacto de los choques de oferta sobre la
tasa de inflación. Esos eventos hacen más difícil el trabajo de los bancos
centrales para controlar la inflación, pues a pesar de que el apriete monetario
reduce la demanda, la contracción de la oferta tiende a elevar los costos y los
precios finales.
La globalización, la inserción en la cadena de suministro de países que
antes se encontraban en la órbita soviética, la transferencia de tecnología y
el traslado de procesos productivos a China y a otros países con bajos salarios
ayudó a reducir costos y precios a nivel global, constituyéndose en un choque
de oferta positivo para la gente en las tres décadas más recientes.
Lamentablemente, la invasión rusa a Ucrania ha puesto de manifiesto que
la excesiva interrelación comercial puede crear vulnerabilidades, que se traducen
en choques de oferta negativos, como lo es la decisión de Rusia de suspender el
suministro de combustibles a países seleccionados o la restricción al comercio
de alimentos. Esto ha llevado a Janet Yellen del Tesoro de los Estados Unidos y
a Christine Lagarde del Banco Central Europeo a defender la tesis del comercio
entre países amigos, aun cuando esta reorientación de la cadena de suministro
provoque, por lo menos en el corto plazo, un aumento de costos y de precios. Digo
en el corto plazo, porque tarde o temprano el mercado estimulará la creación de
una nueva oferta eficiente y competitiva, proveniente de fuentes de suministro
más seguras.
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