[Escrito el 28 de junio de 2021]
El presidente Luis Abinader, en una de sus
múltiples intervenciones, señaló que el covid-19 había provocado un aumento de sólo
dos puntos porcentuales en la incidencia de la pobreza. Ese resultado se
explica por la puesta en marcha de programas de ayuda social entre abril y
diciembre de 2020. Lamentablemente, su gobierno, a pesar de tener decenas de
miles de millones de pesos disponibles, decidió eliminar esos programas
sociales a partir de enero de este año.
El aumento de la tasa de inflación, que se ha
dicho se debe a factores externos y transitorios, ha deteriorado el poder de
compra de los ingresos de los dominicanos. En un interesante artículo publicado
hoy por el doctor Andrés Dauhajre, hijo, en el periódico El Caribe, se presenta
una lista de productos que pueden ser adquiridos con el salario mínimo promedio
entre 2011 y 2021.
En esa serie, que se basa en el índice de
precios por artículo que estima el Banco Central, se observa que la inflación
provocada por el covid-19 ha reducido significativamente la cantidad de
alimentos básicos que puede adquirir la población. Específicamente, el salario
mínimo promedio ahora compra un 23% menos libras de carne de pollo; un 21%
menos unidades de huevos; 3% menos libras de arroz; un 24% menos libras de
habichuelas rojas; un 11% menos libras de carne de cerdo; un 13% menos libras de
carne de bola; un 19% menos de carne molida de res; y un 8% menos unidades de
plátano verde de lo que se podía comprar en 2019.
Ante esa preocupante evidencia de deterioro del
bienestar de los dominicanos, pienso que el presidente Luis Abinader debe reconsiderar
su decisión de eliminar los programas de ayuda a los pobres en tiempos de covid.
El mandatario debe tomar en consideración que en su primer año de gobierno hay
más de doscientas mil personas que no están trabajando y sí lo estaban en el
primer trimestre de 2020. Esto implica que una gran cantidad de hogares está
sufriendo una significativa reducción de su ingreso total y, si a esto se le
añade la eliminación de los programas de ayuda Quédate en Casa, Pa’Ti, Fase I y
Fase II, no cabe duda de que la pobreza habrá aumentado todavía más.
En consecuencia, mi recomendación al presidente
Abinader es que, dado que se afirma que la inflación será transitoria, establezca
un programa de ayuda social, también transitorio, que transfiera a los
dominicanos más pobres un monto de recursos que les compensen por la pérdida de
poder de compra de sus ingresos. Si así lo hace, el pueblo pobre se lo
agradecerá, de lo contrario se lo tomará en cuenta y más si se tiene en consideración
que el gobierno está repleto de dinero.
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