[Escrito el 8 de marzo de 2021]
El viernes pasado Fitch Ratings confirmó la
calificación crediticia del gobierno de la República Dominicana, como emisor de
deuda en moneda extranjera, en BB- con perspectiva negativa. La necesidad de
una reforma fiscal que reduzca el déficit público a partir de 2022 es el
elemento clave de la calificación futura.
En su reporte, Fitch deja claro que si el gobierno
dominicano no toma medidas que mejoren la sostenibilidad de la deuda pública la
calificación crediticia sufriría un deterioro. La consolidación fiscal implica
una reforma tributaria que permita elevar las recaudaciones gubernamentales,
que, al rondar el entorno del 14% del PIB, se perciben como muy bajas. Esto
cobra una gran importancia debido a que esa calificadora considera que el
déficit del sector público no financiero de 2021 no será de 3% del PIB, tal
como presupuestó el gobierno del presidente Abinader, sino que será de 4.7% del
PIB.
Fitch identificó aspectos positivos de la
economía dominicana, que fueron resaltados por el ministro de Hacienda. Entre
estos comenta el hecho de que el presidente Luis Abinader haya asegurado la
continuidad y la estabilidad de la política macroeconómica del país. Esto es un
reconocimiento de que la política económica que se ejecutó en los ocho años
anteriores fue positiva y, por tanto, debe ser continuada para asegurar un
entorno macroeconómico que estimule el crecimiento del PIB, caracterizado por
la estabilidad de precios y una baja volatilidad cambiaria.
Ese buen manejo macroeconómico ha permitido que
el gobierno dominicano siga siendo bien recibido en los mercados
internacionales de capitales. Esto le permitió al gobierno de Abinader colocar entre
septiembre de 2020 y enero de 2021 bonos soberanos por 7,566 millones de
dólares, y obtener así las divisas necesarias para enfrentar el choque
provocado por el colapso de los ingresos provenientes del turismo.
Fitch resalta que la economía dominicana sigue
siendo resiliente frente a los choques externos. Cabe recordar que esta
economía enfrentó satisfactoriamente la crisis financiera asiática de 1997, la
recesión global de 2001, la crisis financiera global de 2008, así como precios
del petróleo superiores a los 100 dólares por barril, como los registrados
entre 2011 y 2014.
La diversificación de la cuenta corriente, que
se ha logrado por la expansión de las zonas francas de bienes y servicios, por
el aumento de las exportaciones de oro, y las mayores remesas de los
dominicanos del exterior, entre otros factores, ha sido clave para amortiguar
el descenso de los ingresos por turismo. Fitch resalta que esa diversificación,
unida al descenso del valor de las importaciones de bienes, permitió que el
déficit de la cuenta corriente fuera de solo 1.8% del PIB en 2021.
En resumen, según Fitch, para mantener la
calificación crediticia hay que ejecutar una reforma tributaria que mejore las
finanzas públicas y continuar aplicando una política económica similar a la del
gobierno pasado.
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