[Escrito el 6 de octubre de 2020]
El presidente Luis Abinader afirmó el pasado
sábado 3 de octubre que recibió un gobierno quebrado. Afortunadamente, eso no
fue lo que le dijo recientemente su ministro de Hacienda, Jochy Vicente, a los
inversionistas interesados en adquirir los bonos soberanos de la República
Dominicana.
En la presentación que se utilizó en el
roadshow de venta de los bonos soberanos se afirmó que la República Dominicana
es la mejor economía de la región. El ministro de Hacienda mencionó que entre
2015 y 2019 la economía dominicana creció a una tasa promedio anual de 6.1%,
con un déficit de cuenta corriente de apenas 1.2% del PIB y con una envidiable
estabilidad de precios y del tipo de cambio. Asimismo, Jochy Vicente resaltó
que la deuda pública y el déficit de las finanzas públicas en ese período de
2015-2019 fue de los más bajos entre los países con calificación crediticia
comparable a la dominicana.
El ministro de Hacienda también señaló que la
economía dominicana es resiliente, lo cual se ha manifestado en diversas ocasiones
mediante una rápida recuperación. En términos estructurales les comentó lo bien
diversificada que está la economía dominicana, fundamentada en los sectores
turismo, construcción y manufactura.
A los compradores de los bonos también se les indicó
que la política monetaria ha sido exitosa, la cual se ha traducido en un
sistema bancario con liquidez adecuada, rentable y solvente. Y sobre la
política fiscal les informó que, entre 2015 y 2019, se aplicó una estrategia
para reducir el déficit y mejorar la sostenibilidad de la deuda pública.
El presidente Abinader debe saber lo que es una
entidad, sea pública o privada, quebrada. Por si acaso lo olvidó se lo
recordaré hoy. Una entidad está quebrada cuando es insolvente y no tiene
capacidad para cumplir con sus compromisos financieros; en otras palabras,
cuando el valor presente de sus ingresos por recibir es inferior al monto de
sus deudas actuales.
Dada esa definición, le recomiendo al
Presidente que no vuelva a decir que recibió un gobierno quebrado, porque eso
significaría que los bonistas podrían señalar que el gobierno dominicano
suministró información inexacta (misreporting) durante el roadshow y,
por lo tanto, reclamar que les devuelvan los 3,800 millones de dólares que
depositaron recientemente en las cuentas del gobierno.
Mi consejo al presidente Abinader: Llegó el
momento de gobernar bien y dejar la política de lado.
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