[Escrito el 1 de octubre de 2020]
Muchas personas, entre ellos alumnos, me han
pedido que les aclare el concepto de “a precio de vaca muerta,” a propósito de
mi comentario de ayer con relación a que algunos funcionarios del gobierno
actual quieren vender Punta Catalina a ese precio.
Es obvio que las personas que me preguntan
saben que se trata de un precio que no se corresponde con el que resulta de un
proceso de oferta y demanda, sino el que se desprende de un evento catastrófico
que provoca un deterioro significativo del valor de un determinado bien.
¿Cuánto pagaría usted por una libra de carne de una vaca que fue hallada muerta
en el camino? Definitivamente un precio menor que el que prevalece en el
mercado.
El valor de una empresa se explica por su
capacidad de generar flujo de efectivo. El principal componente de esa variable
es el nivel de beneficios antes de intereses, impuestos, depreciación y
amortización (EBITDA, por sus siglas en inglés). A mayor nivel de beneficios
mayor es el valor del negocio y si maneja adecuadamente su gasto de capital y
el capital de trabajo, que se define como la diferencia entre activos
corrientes y pasivos corrientes, el valor de la empresa puede subir todavía
más.
El otro componente importante que explica el
valor de un negocio es la tasa de descuento. Esta se utiliza para traer al
presente el flujo de efectivo que la empresa producirá en un período determinado,
por ejemplo, cuarenta años. A mayor nivel de riesgo del negocio, mayor tasa de
descuento y, por lo tanto, menor valor de la empresa.
¿Cómo se llega a un precio de vaca muerta? En
primer lugar, critique su empresa, creándole un entorno desfavorable para que
se perciba que es un negocio riesgoso porque tiene fallas operativas, que le
impiden generar ingresos por la venta de sus bienes o servicios. En segundo
lugar, despida al personal clave de operación y mantenimiento, quienes ayudaban
a mantener baja la probabilidad de que ocurran fallas. En tercer lugar, no
adquiera los repuestos e insumos oportunamente que se transforman en bienes o
servicios finales, lo cual reduce sus ingresos. En cuarto lugar, adopte medidas
que incrementen los costos de los insumos, lo cual reducirá los beneficios,
asumiendo ciertas restricciones en su capacidad de traslado de los costos al
precio de venta.
Si usted hace todo eso que le acabo de decir,
el resultado final será un precio extraordinariamente bajo de su empresa o un precio
de vaca muerta. La pregunta que cabe hacerse es, ¿a quién se le ocurriría
provocar un daño tan terrible, que sólo beneficiaría al comprador?
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