[Escrito el 14 de noviembre de 2016]
Los bonos, como los
del Tesoro estadounidense, son títulos de renta fija cuyo valor de mercado se
mueve inversamente a la tasa de interés. Si la tasa de interés del mercado sube,
o se espera que suba, el precio de los bonos ya emitidos baja. Esa relación se
ha verificado con fuerza en días recientes debido a la victoria de Donald
Trump.
El presidente electo
de los Estados Unidos ha señalado que ejecutará una política fiscal expansiva,
que se fundamentará en la reducción de los impuestos a las empresas y el
aumento del gasto en infraestructura. Esa política fiscal incrementará la
demanda agregada, elevando de manera simultánea las tasas de interés.
La expectativa de
aumento de tasas de interés ha provocado la venta masiva de bonos. En los días
siguientes a la victoria de Trump, incluyendo hoy, los inversionistas se han
desprendido de parte de sus bonos porque se espera que los nuevos bonos, que emitiría
el gobierno de los Estados Unidos para financiar el mayor déficit público,
tengan tasas de interés más elevadas.
La venta de bonos ha
reducido su precio e incrementado la tasa de rendimiento. Esto se traduce en
una tendencia ascendente de las tasas de interés para los países de economía
emergente, como la mexicana, brasileña o dominicana. Basta con observar el
aumento de los rendimientos de los bonos soberanos emitidos por la República
Dominicana para darse cuenta de la influencia de Trump sobre las tasas de
interés, algo que perjudicará el saldo de las finanzas públicas nacionales.
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