[Escrito el 4 de agosto de 2016]
La decisión del Reino
Unido de abandonar la Unión Europea ha creado una gran ola de incertidumbre.
Ante el posible impacto recesivo, las autoridades monetarias británicas
afirmaron que estaban dispuestas a adoptar medidas para mantener la estabilidad
macroeconómica.
En el día de hoy, el
Banco de Inglaterra decidió recortar la tasa de interés de política monetaria e
incrementar la intensidad del estímulo monetario.
La tasa de interés de
referencia pasó de 0.50% a un 0.25%, su menor nivel en los 322 años de historia
del banco. Es el primer recorte que se realiza desde marzo de 2009, lo cual
refleja el nerviosismo de las autoridades frente al posible impacto negativo
del Brexit sobre el desempeño económico del Reino Unido. Incluso se ha dejado
entrever que es altamente probable que se realice un nuevo recorte de tasas
antes de que cierre el año.
Debe destacarse que se
pronostica que a partir de finales de 2016 la variación del PIB exhibirá una
desaceleración, impactando desfavorablemente el empleo. El organismo emisor
redujo de 2.3% a un 0.8% la tasa de crecimiento del PIB para el año 2017.
El Banco de Inglaterra
decidió simultáneamente comprar bonos gubernamentales y corporativos para
estimular la economía. Además, se creará una línea de créditos para los bancos
a cuatro años a muy bajas tasas de interés, para que éstos expandan sus
préstamos al sector privado.
El objetivo de esas
medidas monetarias es que aumente la inversión y el consumo de los agentes
locales para amortiguar el impacto negativo que produciría la disminución del
comercio con la Unión Europea.
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