[Escrito el 25 de mayo de 2016]
La
innovación -definida como el deseo de crear y explorar nuevas formas de
producción y nuevos bienes y servicios- es fundamental para el desarrollo de
una sociedad. Las economías con mayor grado de innovación son las que logran
crecer más y mejorar las condiciones de vida de su población.
El aumento
de la productividad permite elevar la competitividad y mejorar la capacidad
exportadora sin que sea necesario depreciar la moneda nacional. Esto ayuda a
proteger el poder adquisitivo de los salarios, reduciéndose la incidencia de la
pobreza.
El mayor
ritmo de crecimiento económico estimula nuevas inversiones, locales y extranjeras.
Una tasa de crecimiento económico más elevada significa mayores ventas y un
flujo libre de efectivo mayor, facilitando que se realicen nuevas inversiones
que crean un circulo virtuoso que se manifiesta en un ritmo de desarrollo
acelerado.
En la
República Dominicana se puede hacer mucho para mejorar el proceso de
innovación. Todas las actividades productivas se beneficiarían de reformas
estructurales sectoriales que estimulen la innovación y la productividad. Esto
aceleraría la creación de nuevas empresas, nuevos tipos de bienes y servicios
y, por lo tanto, expandiría la disponibilidad de empleos.
Las
reformas estructurales sectoriales pasan por identificar las restricciones que
limitan la expansión sostenida y competitiva de los negocios. Regulaciones
excesivas -en algunos casos-, apropiación de mercados y abuso de posición
dominante por algunos grandes competidores -en otros casos- son restricciones a
la innovación, cuya eliminación permitiría un mayor ritmo de creación de
riqueza y bienestar para toda la población.
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