[Escrito el 9 de mayo de 2016]
La
presidenta Dilma Rousseff está demostrando que es un hueso duro de roer. A
pesar de que el viernes la comisión especial del Senado aprobó enviar al pleno de
la Cámara Alta la posibilidad de que se apruebe la celebración del juicio
político, hoy se abrió una ventana que podría anular ese proceso.
El
presidente en funciones de la Cámara Baja del Congreso de Brasil, Waldir
Maranhao, anuló la decisión de ese organismo legislativo del pasado 17 de abril
que enviaba al Senado el proceso de un posible juicio político, debido a la
existencia de irregularidades ocurridas durante la votación que impidieron a
Rousseff defenderse adecuadamente. Eso significa que la decisión del viernes de
la comisión especial del Senado también es nula y, en consecuencia, se reduce
considerablemente la probabilidad de que la presidenta Rousseff sea suspendida en
sus funciones hacia final de esta semana, tal como se había previsto.
La Cámara
Baja deberá votar nuevamente para aprobar o no el envío del proceso de juicio
político al Senado. La remoción de Eduardo Cunha de la presidencia de la Cámara
de Diputados, decidida el pasado jueves por el Tribunal Supremo Federal, reduce
el poder de los diputados que desean la destitución de la presidenta.
Los
mercados de capitales recibieron muy mal la noticia, pues esperaban la llegada
de un gobierno, el del vicepresidente Michel Temer, que sería más amigable a
los mercados. El real llegó a depreciarse en un 4% con relación al dólar,
cerrando luego con una pérdida de casi 2%.
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