[Escrito el 16 de febrero de 2016]
Mario
Draghi, el presidente del Banco Central Europeo, declaró ayer que esa
institución está lista para la adopción de medidas que estimulen la eurozona. De
acuerdo a sus declaraciones en el parlamento europeo, el organismo monetario le
dará seguimiento al impacto que tiene la reducción de los precios de las
acciones y del petróleo sobre el crecimiento económico y la inflación.
El pasado
diciembre, el Banco Central Europeo colocó la tasa de interés de política
monetaria en un -0.3%, como apoyo a su programa de inyección de liquidez que
consiste en la compra de títulos financieros por 60 mil millones de euros
mensuales.
A pesar de
ese estímulo, la tasa de inflación de la eurozona es de un 0.4%, un nivel
lejano a la meta del 2% que desea alcanzar el organismo emisor. Esto ha
provocado que muchos inversionistas y analistas duden sobre la capacidad de esa
entidad de estimular el crecimiento económico, por lo cual recomiendan que se
aplique una política fiscal más activa, aun cuando esto signifique un aumento
del déficit público.
Esto cobra
importancia si se toma en consideración que la existencia de tasas de interés
negativas ha estado deteriorando la rentabilidad de los bancos, lo cual pudiese
afectar negativamente tanto su nivel de solvencia como su capacidad de
enfrentar riesgos de crédito, mercado y liquidez. Afortunadamente, después de
la crisis financiera se logró fortalecer el nivel de capitalización de la banca
europea, lo cual debería tranquilizar a los inversionistas.
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