[Escrito el 1 ed julio de 2015]
Donald
Trump es un gran hacedor de burbujas. Él tiene la capacidad de vender sueños y
embaucar a muchos inversionistas o prestamistas quienes depositan en él su
confianza. La experiencia revela que esa confianza sale cara. Cuando la
realidad se hace evidente, Trump quiebra y todo el mundo pierde su dinero,
menos él. Hasta la revista Forbes se ha preguntado, ¿cómo es posible que una
persona que haya quebrado tantas veces pueda seguir siendo multimillonario?
Las
corporaciones del señor Trump, el mismo que aspira a la nominación republicana
a la presidencia y que piensa que los mexicanos son unos delincuentes y
violadores, han quebrado cuatro veces desde 1991. El sobreendeudamiento fue la
causa principal de esas quiebras. En particular, sus proyectos inmobiliarios,
hoteles y casinos se construyen sobre una burbuja alimentada por la emisión de
bonos basura, los cuales son adquiridos por incautos que creen en la marca
Trump.
En la República Dominicana, Donald Trump
también dejó ver su capacidad de crear burbujas. En un viaje relámpago
participó en la promoción del Farallón Trump en Cap Cana. Eso motivó a muchos
inversionistas dominicanos y extranjeros a adquirir lotes en ese proyecto
inmobiliario por sumas de 3 millones a 12 millones de dólares, pues pensaban
que los precios seguirían subiendo exponencialmente. Trump estimuló la burbuja
con su presencia, pero cuando la realidad se hizo presente los precios se
desplomaron y todos los adquirientes de terrenos perdieron dinero, menos Trump.
El magnate norteamericano ya se las había arreglado para cobrar una buena suma
de dinero a los promotores de Cap Cana.
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